EL SEXO DE LXS MODERNXS EL NUEVO LIBRO DE ÉRIC MARTY

Separar el sexo y el género es un gesto eminentemente moderno, teorizar esa disociación lo es aún más. Este libro es, de cierta forma, la historia de ese gesto. Nos lleva desde las grandes empresas de deconstrucción de la Modernidad de los años 1960-1980 hasta el triunfo contemporáneo de la teoría del género: de Sartre, Lacan, Deleuze, Barthes, Derrida o Foucault hasta Judith Butler.

Se trata de un libro erudito, con un exhaustivo estudio y conocimiento de la obra de estos autores que brinda la posibilidad de abrir una nueva línea de pensamiento, más contemporánea y no heteronormativa, para lxs psicoanalistas de hoy, que siguen repitiendo los textos lacanianos como si se tratara de la biblia. Como estrategia para llegar a la comunidad psi es un hallazgo que esté escrito en esa clave, dado que queda establecido que nada de lo que escribió Éric Marty son especulaciones de moda. El grado de escritura, mediando los aspectos filosóficos, con el que está escrito este libro está a la altura de lxs autores que critica o de los que se sirve para dejar en claro que la base del psicoanálisis -entre otros temas- es la heterosexualidad como norma y régimen establecidos para todxs. Resulta interesante el nivel de conocimiento detallado con el que se maneja el autor, no para apabullar, sino para conocer la génesis de otras obras, como es el pasaje dedicado a Divine donde trabaja el libro de Jean Genet Santa María de las Flores detectando a una de las primeras travestis de la literatura universal. Si hay algo que no cierra en el libro, quizás tenga que ver con la traducción de Horacio Pons al hablar de los travestis y dirigirse a ellas con el pronombre “el”. Otro momento interesantísimo del libro es cuando trabaja a Barthes y Butler y deja plasmado con maestría la relación de la travesti con las mujeres, al decir que al encarnarlas se olvida de ellas, dando a entender así la creación (construcción) de un género nuevo que parte del masculino y se apropia del femenino pero que no es ni uno ni otro sino que adquiere una identidad propia. En la pág. 176, al pie de página escribe con elocuencia y maestría: “Todo género es semejante al travestismo o es un travestismo”, citando a Judith Butler y esclarciendo, después de un arduo trabajo teórico lo que viene trabajando meticulosamente con un autor y otrx.
El trabajo de la sutileza de los significados encarnados en diferentes significantes es otro de los hallazgos del libro. En un momento, el autor trabaja la diferencia entre copia y simulación y dice: “(La) travesti no es una copia de la mujer, sino su simulación”, y -sin querer queriendo- derriba toda la teoría lacaniana de la psicosis relacionada intrínsecamente con el travestismo, desarrollando el concepto de performance. No deja afuera el concepto de goce y falo.
Deja como colorario, después de 504 páginas, que la teoría queer, tomando sus bases en Foucault nada tiene que ver con la teoría lacaninan, que no hay continuidad sino cambio de paradigma.

Se trata de un objeto tan huidizo como valioso, el sexo de los Modernos es también un revelador. Lejos de ser simplemente común a los dos espacios intelectuales de Europa y los Estados Unidos, puede ser el testimonio de sus divisiones: disputas, equívocos, herencias desviadas y guerras silenciosas o confesadas.

Se trata aquí no solamente de esclarecer las doctrinas recientes, que la confusión de los tiempos trabaja para oscurecer, sino de explorar lo que se desplazó entre el continente europeo y el americano con el paso del siglo XX al XXI. ¿Transmisión o, al contrario, fractura? Ha llegado entonces el momento de interrogar la división del sexo y el género bajo el ángulo de su historia porque esa historia es la nuestra, y sin duda más que nunca. É