Se considera que desde 1950 se han elaborado cerca de 6.000 millones de toneladas de plástico, suficiente como para envolver todo el mundo con una cubierta de plástico. Existen restos plásticos de diferentes índoles en todos los océanos a nivel mundial, y sin darnos cuenta la magnitud internacional a esta contaminación es aún un enigma, las muestras conseguidas frente a la Expedición Malaspina que el CSIC estudio en el año 2010 indica que la cantidad de plástico que existe en los océanos es de miles de toneladas, y que cantidades aún mayores están siendo trasladadas desde el área a los organismos marinos y a zonas marinas más profundas.
Aunque durante su descubrimiento este fue uno de los materiales vitales del siglo pasado, se ha transformado en un verdadero inconveniente a nivel planetario.
Durante la campaña de estudio, Andrés Cózar, científico de la Universidad de Cádiz, dejo al frente un programa llamado «Plásticos en el Océano Global» y hasta hace poco ha ido trabajando en un programa final. Todas las muestras realizadas durante la marcha a bordo de las flotas oceanográficas Hespérides y Sarmiento de Gamboa se ampliaron nuevas hipótesis frente a las aguas oceánicas. Aunque se vio la presencia de plásticos flotando cerca de un 80 % del área de muestreo, alega el ecólogo.
Se considera que se ha documentado la existencia de depósitos de plástico en los espacios centrales del Pacífico Norte y gran parte del Atlántico Norte. Aunque la Expedición Malaspina ha mostrado que la existencia de 5 grandes zonas de depósitos de residuos plásticos en mar abierto, distribuidos en dos en el hemisferio Norte y tres situadas en el Pacífico Sur, se estima que en el Atlántico Sur y el océano Índico.
Estas acumulaciones son generadas por el movimiento superficial de las aguas costeras, organizada en torno a 5 grandes revoluciones que proceden como cintas portadoras.
Estas terminan recogiendo el plástico flotante derivado de los continentes y lo acumulan en las cuencas oceánicas. A lo largo de ese camino, los objetos se agrietan y se rompen debido a la fuerte radiación solar, pero los fragmentos más pequeños, conocidos como microplásticos, son muy estables y sobre todo duraderos y logran perdurar por hasta centenares de años, expone el científico.
Actualmente, resulta extraño recordar que el primer plástico se inventó para proteger el medio ambiente. Durante el siglo XIX, pero nadie se imaginó que este invento estaría en este siglo dañando el medio ambiente en su totalidad, acabando con diferentes especies de animales marinos que termina en su estómago.