Ocurrirá un día, que sin saber muy bien como llegaste a ese momento eureka, tomarás entre tus dedos la soga con su respectivo nudo… y ¡zas!, se desatará; creeme, no es casual, ocurrió en tus manos.
Probablemente sentirás alivio, emoción y suspirarás al unísono. Desenredaste.
Pero para llegar a lo que un primer instante parecía prácticamente imposible, fue necesario que te amigues con el nudo, rabia inicial mediante. Porque increíblemente, ese bendecido nudo activará en vos habilidades inéditas hasta el momento, a saber:
- Darte cuenta que un solo método –el conocido de siempre- NO lo desatarás
- Cultivar otro dones que te lleven a desatarlo
- Implementar herramientas que protejan tus manos en el accionar
- Gestionar destreza humana adicional a la tuya
- Proporcionarte aliento en momentos de frustración, por el tiempo que te está requiriendo desatarlo
- Avisparte de lo creativa que resultaste ser para encontrar otra fórmula que logre desatarlo
¿Entonces qué ocurre?
¡Wow!, te gustó mucho este bendito nudo-obstáculo delante de tus narices.
Porqué el mismo entuerto te permitió observarte, empoderarte, ser hábil, gestionarte, solicitar apoyo logístico y descubrirte inspiración para vos misma.
Es un verdadero arte darle la oportunidad a un obstáculo de ser lección de vida.
Nos modifica como arcilla.
Con afecto.
Noelia de la Fuente, Psicóloga Social.
Instagram: @delafnoe