En este nuevo aniversario de la partida física del Libertador de América, y luego de un arduo trabajo realizado por el MOA, más conocido como el Hospital de las Estatuas, vuelve a ocupar su merecido lugar destacado frente a la sede de la Cancillería, el Monumento consagrado a la Independencia, a la memoria del Gral. San Martín.
En los últimos años la obra icónica del barrio porteño de Retiro-Comuna 1-padeció numerosos ataques de vandalismo.
En lo que va de este año, se constató la sustracción de dos relieves de bronce ubicados sobre la escalerilla del basamento, de enorme valor patrimonial. Cabe precisar que las mencionadas superficies metálicas fueron elaboradas por el escultor de origen alemán, Gustavo Eberlein, durante la primera década del 1900.
De los dieciséis yelmos decorativos, originariamente de bronce, fueron recuperados cuatro, con los cuales, desde el Equipo de Monumentos y Obras de Arte, se confeccionaron moldes para realizar nuevas piezas en cemento platinado.
Para prevenir la posible reiteración de actos destructivos, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad, decidió la instalación ciento diez metros lineales de rejas sostenidas por seis columnas de hierro reforzado, que se complementa con un anillo de seguridad digital integrado por cinco cámaras.
Un poco de historia
El conjunto formado por el Libertador sobre el caballo y su entorno, es el primer monumento ecuestre de la República Argentina.
El primer tramo fue inaugurado en 1862, y el segundo en 1910, la estatua sobre el caballo.
En 1859, la gestión de la Municipalidad de Buenos Aires de ese momento, le solicitó al artista francés Louis Joseph Dumas la realización del trabajo conmemorativo.
El escultor ya había sido contratado por las autoridades chilenas, con tal motivo, se le pidió una réplica de la estatua destinada al país trasandino.
Con algunas variantes, como por ejemplo, en la realización para nuestro país, el General San Martín aparece indicando el camino a sus soldados. Tal como lo representó Theódore Gericault en un retrato litográfico elaborado en 1819.
La estatua ecuestre arribó desarmada a Buenos Aires el 13 de abril de 1862. Su inauguración, originalmente, sobre la estructura de mármol blanco y mirando hacia el este, se llevó a cabo el 13 de julio de 1862.
En 1909 y a un año de la conmemoración del centenario de la Revolución de Mayo, le fue encomendado a Gustavo Eberlein la tarea destinada a embellecer el basamento de la obra, con la idea de abarcar el concepto de homenaje a los ejércitos de la Independencia.
La inauguración oficial se concretó el 27 de mayo de 1910. Entre los cambios introducidos por Eberlein se puede mencionar el uso de granito rojo dragón pulido de la estructura y la orientación del monumento mirando hacia el norte.
¡Para visitarlo!
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Por Visión Porteña
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