Las Autoridades de la Ciudad de Buenos Aires, manifestaron la importancia del uso del tapabocas inclusivo, en el marco de esta pandemia del coronavirus. Cerca de un millón de argentinos tienen algún problema en la audición, y resulta primordial la lectura de labios para que nos puedan comprender lo que hablamos. El Gobierno de la Ciudad, solicito a todos los Organismos Públicos estatales y privados, que los trabajadores usen tapabocas inclusivos, que permiten leer los labios, a través de una transparencia en la zona de la boca, garantizando el acceso a la información de las personas hipoacusicas
Por otra parte, activistas y organizaciones sociales reclamaron poder leer los labios o gestos de los trabajadores en servicios esenciales, para que el uso del tapabocas obligatorio no se transforme en una barrera más, para las personas con problemas auditivos. Además solicitaron la capacitación de todo el personal esencial que trabaja en la atención al público, del lenguaje de señas.
La Presidenta de la Fundación San Francisco de Asís, destinada a fomentar las posibilidades y el desarrollo de las personas sordas o con hipoacusia, comunicaron que una posible solución al problema del barbijo, es el uso de las mascaras faciales o barbijos trasparentes que permitan ver la boca, y que resulta fundamental que lo usen las fuerzas de seguridad, personal de salud, cajeros de supermercados, periodistas, docentes y todos los considerados trabajadores de servicios esenciales.
la Fundación FANDA, es una entidad que ayuda al niño con discapacidad auditiva, ubicada en el barrio porteño de Colegiales, recibió una donación de 1000 tapabocas inclusivos, realizados por la emprendedora y ganadora del programa del Gobierno de la Ciudad denominado “Poténciate”, Milagros Torroba, que decidió fabricar y donar tapabocas transparentes. La hipoacusia afecta aproximadamente entre 700 y 2100 niños en Argentina, 1 a 3 de cada 1000 recién nacidos tiene algún grado de hipoacusia. Se estima que el 60 % de los casos de niños con pérdida de audición se deben a causas prevenibles, y cerca 1.100 millones de jóvenes están en riesgo de padecer la perdida de la audición, por la alta exposición al ruido en contextos recreativos.