El plan del Gobierno de instalar los Food Truck en los barrios genero muchas expectativas. Sin embargo, no prospero. Entérate en esta nota los motivos y los barrios que le dijeron rotundamente NO.
Cuando el programa de los Food Truck fue anunciado por el Gobierno las expectativas en los barrios creció.
En 2018, los camiones empezaron a desplegarse en Parque Patricios y Recoleta; pero, por los altos costos para darles energía, los dueños los retiraron; ahora analizan alternativas junto con la Ciudad.
Fueron los comerciantes los que recibieron con mayor expectativa la iniciativa.Su alta aceptación entre el público en distintos eventos auguraba que el proyecto de instalar este tipo de puestos en la vía pública también sería positivo.
En agosto de 2018 se instalaron los primeros camiones a unos metros del Parque de los Patricios, pero la experiencia no funcionó como se esperaba en términos económicos.
Hoy no hay ninguna unidad trabajando en los barrios y las partes involucradas trabajan en conjunto para realizar alguna modificación a la ley regulatoria con el objetivo de que el plan sea viable.
Según los datos, la negativa se habría dado porque los comerciantes manifestaron que los números no fueron los esperados.
Solo para alimentar con energía eléctrica los comercios ambulantes debía invertir en un generador, con un costo promedio de 15.000 dólares. Por día, el aparato consumiría al menos 5000 pesos de combustible, lo que lo hacía menos rentable que el alquiler de un local.
La ley 5707, aprobada en la Legislatura porteña en noviembre de 2016, autorizó que los rodados gastronómicos pudieran salir a los barrios, fuera de los eventos que desde hacía años frecuentaban. Los puntos de venta fueron determinados por la Ciudad y tenían una característica en especial: se encontraban a 200 metros o más de cualquier restaurante o local comercial que vendiera comidas o bebidas.
El recorrido inicial preveía empezar por Parque Patricios; también, por la Plaza Irlanda, Caballito, y la Plaza de las Naciones Unidas, en Recoleta.
Los parques Chacabuco y Avellaneda, en los barrios homónimos, Sarmiento (en Saavedra) y Los Andes (en Chacarita), más la Plaza Mafalda (en Colegiales), se sumarían en los meses siguientes. Mediante un sorteo por Lotería de la Ciudad, los food trucks inscriptos ganadores conocían su lugar de destino y cada año debían renovar ciertos permisos.