Los artistas de la dimensión de Luis Alberto Spinetta permanecen a través de sus creaciones, de las anécdotas, desde un estilo único que supo cultivar con refinamiento, originalidad, potencia, donde la poesía ocupa un lugar decididamente central.
Se cumplen diez años de la partida física del creador de la icónica “Muchacha Ojos de Papel”, pero a decir a verdad, Luis es el “alma pater” de tantas canciones, riffs y melodías personalísimas con llegada a las más variadas generaciones aún en la actualidad. Fuera del momento histórico en el que fueron elaboradas, su producción artística adquiere una vigencia inusitada… ¿Será por la impronta poética que supo incorporar? ¿Será por su manera de concebir el rock and roll argento? ¿Por el sonido característico acuñado en una trayectoria hermosamente exitosa y prolongada? Sin duda, un combo inusual, que sorprende, con este nivel de calidad…unido al componente humano…
Rompió con los estereotipos del “rockstar”, conectado a su modo con la realidad del día a día de su querida Argentina y de su amada Ciudad de Buenos Aires, sentimiento compartido entre el Bajo Belgrano, Núñez y Villa Urquiza, donde vivió desde 1989 hasta su fallecimiento, el 8 de febrero de 2012. Si bien, no era de aparecer en los medios, cuando lo hacía, era para expresar su compromiso solidario con causas sociales como por ejemplo: la Carpa Blanca Docente, la tragedia de Ecos, la recuperación del Cine Teatro 25 de Mayo, etc.
Sumamente admirado, querido por sus pares, se podría decir que por los principales referentes culturales de nuestro país, Luis Alberto partió-a ese lugar de donde no se vuelve- luego de luchar hasta el final como un auténtico guerrero contra una impiadosa enfermedad…Antes de irse…nos obsequió su obra, y el recuerdo de su onda, de una manera de ser…sin hipocresía. “Un Pibe de Barrio” sencillo, directo, un trabajador de la música/cultura, popular, enamorado de Antonin Artaud, padre de familia, riverplatense, fundó grupos inolvidables, como: Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade, Spinetta y Los Socios del Desierto.
Algunos temas, otros, tal vez no los tan reiterados, para intentar aproximarse a su universo: “Para Ir”, “A Esos Hombres Tristes”, “Algo Flota en la Laguna”, “Post Crucifixión”, “Cementerio Club”, “Los Libros de la Buena Memoria”, “Barro Tal Vez”, “Maribel Se Durmió”, “Toda la Vida Tiene Música Hoy”, “Alma de Diamante”…entre tantas y tantas canciones que enriquecen el acervo de la cultura nacional argentina.
Diez años…Y cómo se te extraña…La vigencia de tu preciado legado, vive en cada uno de tus fans, de sus familiares y amigos, en tu amada Ciudad, a pocos pasos del Obelisco, en “Villurca”, en el Paso Bajo Nivel de Avenida Congreso…Y en cada bar porteño…
A su memoria, cada 23 de enero-fecha del nacimiento de Luis Alberto Spinetta, se celebra el Día Nacional del Músico, Ley 27.106.
Por último, compartimos este pensamiento que describe, en parte, la filosofía de este artista sin igual: “En algunos momentos pareciera que el rock tiene la clave para allanar los problemas que nos aquejan, pero en general todo se ha envilecido por los artistas con deseo de enriquecerse y figurar…El ego se ha impuesto sobre el talento…Los músicos de rock que hacen música estúpida se llenan de dinero, mientras que los poetas y artistas valiosos llevan una vida bastante dura”.
¡Hasta siempre “Flaco Querido” y gracias por tu arte!
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