La Casa Ana Frank Argentina, ubicada en la calle Superí 2647, de la Ciudad de Buenos Aires, presenta una serie de actividades que contempla la inclusión.
En este sentido, las propuestas del centro, incluyen una temática que abarca la memoria, los derechos humanos, con una mirada puesta en la inclusión de los jóvenes y adolescentes como capacitadores.
El programa se llama “La educación entre pares”, y se llevará adelante con el objeto que los chicos no dejen la escuela y el museo que recrea el escondite donde Ana Frank y otras siete personas se ocultaron de los nazis durante más de dos años.
Héctor Shalom, director de la Casa Ana Frank Argentina, en diálogo con Télam, indicó que “Plantamos un retoño del castaño original, al que Ana Frank le escribiera. Los avatares del tiempo quisieron que el castaño original se cayese y el que está acá, en Buenos Aires, mida ahora cinco o seis metros, creando un espacio significativo de reflexión”.
La entidad apuesta a la inclusión, a la promoción de los derechos humanos y a la educación. Sólo durante 2019 estuvo presente en 52 ciudades y recibió a unos 900 grupos de estudiantes.
Justamente, son estos jóvenes los que realizan las guías de las visitas en el Museo que recrea el escondite de Ana Frank durante la ocupación nazi de los Países Bajos o quienes coordinan los talleres.
“Los contenidos y la presencia de los jóvenes generan un espacio donde la palabra ocupa un lugar central, en un contexto donde suele haber poco espacio para ellos”, reflexiona Shalom, para quien el “empoderamiento juvenil significa poner en valor los talentos, las pasiones y los desafíos que representan los adolescentes, que es parte también del legado de Ana Frank”.
Acerca de Ana Frank. Ella nació el 12 de junio de 1929 en Frankfort, Alemania. A los cinco años, Ana Frank emigró con su madre (Edith) y su hermana a Ámsterdam. Allí Otto, su padre, había mudado la empresa familiar el año anterior debido al hostigamiento que sufrían los judíos desde la llegada de los nazis al poder. Pero cruzar la frontera no sería suficiente. En mayo de 1940 las tropas de Hitler ocuparían los Países Bajos.
La familia Frank buscó sin éxito viajar a los Estados Unidos y después a Cuba. El 5 de julio Margot Frank, hermana de Ana, es citada por las autoridades para ser trasladada a un campo de trabajo en Alemania. Pero Otto y Edith tienen un plan: esconderse con sus hijas en la “casa de atrás”.
El grupo sobrevivirá gracias a la ayuda de los “protectores”, dos mujeres y cuatro hombres que eran empleados y amigos de Otto Frank y que les llevan comida, ropa y lo necesario para soportar el encierro.
Posteriormente, Ana y su hermana serán deportadas al campo de Bergen-Belsen, donde morirán de tifus en marzo de 1945. De los ocho ocupantes de la casa de atrás solo Otto Frank logró sobrevivir.