Los 100 años cumplidos en el día de ayer, encuentran al Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, en pleno crecimiento. Recuperó su sede fundacional y está lleno de proyectos a desarrollarse en plazos cercanos. Cien años con toda la impronta juvenil.
Inició su actividad el 25 de mayo de 1922, en la casona de su fundador, ubicada en Hipólito Yrigoyen 1420, del barrio porteño de Monserrat. Mediante una venta simbólica, la Ciudad de Buenos Aires, recibe la propiedad, y se compromete a respetar el destino elegido para contener y exhibir, todas las colecciones de instrumentos musicales y arte hispanoamericano, donadas por Isaac Fernández Blanco. Este personaje, miembro de la Junta Americana de Numismática, abarcaba una amplia faceta de actividades como coleccionista, melómano y violinista.
Después de unos años transcurridos, en el año 1936, el arquitecto y coleccionista, Martín Noel, ofrece a la Ciudad la donación de su colección de arte hispanoamericano. Incorporando esa cesión a la propiedad de la calle Suipacha 1422, conocida como el Palacio Noel. El mecanismo fue parecido al de Fernández Blanco. La Ciudad lo adquiere por un precio simbólico. Es una mansión estilo neocolonial, que el arquitecto Martín Noel, diseño y construyó en la década de 1920. En esas instalaciones se decide crear el Museo Colonial.
Con el paso de algunos años, surgió la idea de fundir ambos museos en uno solo. Con una única sede en el Palacio Noel. La casa de Fernández Blanco, de la calle Hipólito Yrigoyen, se transformó a partir de entonces y por más de cincuenta años, en un edificio para actividades administrativas municipales. Llegando a los cien años, como parte de los festejos, se ha decidido devolverle a esa mansión, el destino para el cual, lo había imaginado su dueño y donador.
Una manera de cumplir con los compromisos y honrar la memoria de su creador. Se decidió ponerlo en valor, recuperar su esplendor y que continúe representando el escenario donde el público, acceda a una colección, de la dimensión de la que recibió la Ciudad por parte de Isaac Fernández Blanco. Este importante edificio, en estos momentos, es la única mansión en existencia, del estilo ecléctico del XIX. En el año 1901, se le había realizado algunas intervenciones de remodelación y ampliación, por el arquitecto noruego Alejandro Christophersen.
El coleccionista Isaac Fernández Blanco, firmando el documento de donación, junto al intendente Juan Barneche y otros funcionarios municipales (mayo 1922-Ciudad de Buenos Aires).
Ahora vuelve a abrir sus puertas como la segunda sede del Museo Fernández Blanco. Donde se volverán a apreciar las colecciones patrimoniales del siglo XIX y comienzos del XX. Muy pronto será reinaugurada la antigua sala de música del “Salón Dorado”. Esto fue posible por un subsidio a la Asociación de Amigos del Museo Fernández Blanco por la Fundación American Express Internacional, a través de The Resource Fundation de los Estados Unidos.
Se están realizando los trabajos de puesta en valor y restauración del hall de Recibo y Salones. Con trabajos realizados por especialistas en la reconstrucción de este tipo de edificios con un importante contenido de ornamentaciones de estilos clásicos. Por ejemplo, los detalles sofisticados del dorado a la hoja a ciertos relieves en yeso. El “Salón Dorado”, era la sala donde se ejecutaba música en lo que fuera la vivienda familiar de Fernández Blanco. Allí se exhibía su colección de instrumentos musicales.
Existen programaciones para el festejo de los cien años y la reapertura de la sede de la calle Hipólito Yrigoyen. En ese sentido, está prevista la apertura de una sala nueva en el Palacio Noel. Donde será exhibida una importante colección de piezas de platería civil y religiosa, que fue donada, hace poco tiempo, por los señores Rubén Martínez Avellanet y José Salvador Passanisi Vasquez. También se agregará el retrato ecuestre del Rey Felipe V, que es una de las obras más valiosas y que fuera restaurada en el Taller de Conservación del museo.
También se agregará el retrato ecuestre del Rey Felipe V, que es una de las obras más valiosa y que fuera restaurada en el Taller de Conservación del museo. Otras muestras, contemplan: una performance barroca creada por Olivia Saal y Cynthia Cohen, con la curaduría de Vic Tolomei. En estas obras se genera el encuentro entre el arte clásico y el arte pop y fusiones con la gastronomía.
Respondiendo a la clásica tradición cultural del museo, de incluir una programación musical, serán presentados dos ciclos de conciertos. Uno de ellos, orientado al repertorio clásico para cuerdas. Ejecutando con los instrumentos de la colección del Museo Fernández Blanco. El restante concierto, dedicado a la música virreinal hispanoamericana.
Por Francisco Grillo
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