Marcos Acuña, campeón del mundo con la Selección Argentina volvió al club que lo vio nacer, visitó la pensión y recibió el carnet de socio honorario.
Los 26 héroes de la selección argentina que consiguieron el título en el Mundial de Qatar viven en estado de homenaje permanente. El caso del Huevo Marcos Acuña es un caso particular. Porque el jueves 22 recibió doble reconocimiento. Por la mañana en Racing, club que le dio la plataforma para saltar a Europa. Y, por la tarde, en Ferro Carril Oeste, la institución de la que surgió y de la que son hinchas sus hijos y su esposa Julia Silva, ex fotógrafa del Verde. Allí, recibió un carnet especial, pasó por la pensión (donde dejó de regalo su camiseta de campeón), se sacó un centenar de fotos y tuvo un gesto espectacular con los chicos de las Vacaciones Alegres, la famosa colonia de Ferro.
Acuña, de 31 años, debutó en Primera en 2011 precisamente con la casaca del Verdolaga. Hasta la pensión llegó procedente de Zapala, en el club conoció a su esposa; la huella resultó indeleble. Por eso, no extrañó que pasara por la residencia de las jóvenes promesas para interactuar con los juveniles y dejarles algunos consejos. Luego, en el gimnasio multipropósito, lo esperaban los niños de la colonia, extasiados por la presencia del un campeón del mundo. Desde temprano se enteraron de la visita y no podían con su impaciencia. Los pequeños ovacionaron al lateral izquierdo, que hizo un breve discurso.
“Gracias por el reconocimiento, espero que hayan disfrutado tanto el Mundial como nosotros”, dijo en el micrófono, para que sonara otra vez el “que de la mano, del Huevo Acuña, todos la vuelta vamos a dar”. Posteriormente les cumplió el sueño a los presentes. Apenas cuatro días de dar la vuelta olímpica en el estadio Lusail, se animó a un picado en el escenario de futsal y pisó un par de veces la pelota, tal como lo sufrió, por ejemplo, Países Bajos en cuartos de final, instancia en la que le cometieron un penal. Los chicos, encantados.
Hubo más: paró y se sacó fotos con todos los que se lo solicitaron. Y en el campo de juego donde brilló recibió el carnet de socio honorario, que tiene una particularidad: dice “campeón del mundo”.
El acto protocolar se dio con los socios que se hallaban en el club y los que se fueron enterando en la popular, cantándole al ídolo como si fuera un partido oficial. El Huevo regaló sonrisas y continuó cosechando lo que sembró en un año y medio de ensueño, con la Copa América y el Mundial de Qatar. Tras unos días de vacaciones, volverá a España, donde se reintegrará al plantel del Sevilla, bajo las órdenes de Jorge Sampaoli.
Fuente: Infobae