Para muchos desprevenidos, la economista cordobesa Diana Mondino, designada por Javier Milei como Canciller de la República Argentina, puede parecer una cara nueva de la política. Pero no sólo tiene el récord de ser la funcionaria más rica dentro de los ministros designados por el libertario; también su nombre (y el de su marido) se vincula al ex Banco Integrado Departamental (BID), un banco cooperativo de Venado Tuerto, y el llamado «fraude bancario más grande de la historia argentina».
Mondino está casada con Eugenio Pendás quien fue funcionario menemista. A fines de 1993, a través del Decreto 2365/1993, fue designado Superintendente de Entidades Financieras y Cambiarias del Banco Central de la República Argentina. Durante su administración, el BID fue fue cerrado en Semana Santa de 1995, en medio de la crisis por el «efecto tequila», dejando un tendal de más de 21.000 ahorristas con 381 millones en depósitos (que terminaron de cobrar en 6 cómodas cuotas en el año 2019 a valores históricos, no actualizados).
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Por esos años era presidente del Banco Central Roque Fernández y el gerente general del BID, Roberto Cataldi.
A comienzos de 1995, el BID fue suspendido porque estaba en ‘rojo’, y Cataldi fue «obligado» por el Banco Central a absorber a otros dos bancos quebrados. Cataldi denunció que el Central lo intimó a absorber a entidades financieras con problemas -el Banco Aciso y el de la Ribera- y que la suspensión del banco que él presidía se debió a «presiones del propio Roque Fernández y de directores del Central».
En julio de 1997, luego de conocerse que el Banco Central de la República Argentina sabía del proceso de cesación de pagos en junio de 1994, ocho meses antes de aprobar la fusión con los bancos de la Ribera y Aciso, y diez antes de suspenderlo de la garantía de depósitos; la presidenta de la Comisión Nacional de Ahorristas Damnificados, Matilde Sermoneta, denunció que «parte del dinero estaba en una isla del Caribe».
Lo que todos se preguntaban por entonces es cómo se pudieron realizar las absorciones con un BID a todas luces tambaleante. ¿A dónde estaba mirando el Superintendente de Entidades Financieras, Eugenio Pendás?
Cataldi denunció oportunamente que la absorción del Aciso generó problemas al BID por su débil situación patrimonial. Pero un hecho contradecía la falta de solvencia que esgrimía Cataldi. En tiempos de la fusión, la calificadora de riesgo Risk Analysis le otorgó un puntaje favorable Triple B, y el plan de fusión y estafa a los ahorristas pudo llevarse adelante sin problemas.
La fundadora de Risk Analysis que, con su calificación permitió la absorción fue nuestra actual Canciller, Diana Mondino, esposa del entonces Superintendente de Entidades Financieras y Cambiarias del Banco Central de la República Argentina, Eugenio Pendás, que debía velar por la transparencia de la absorción.
Fuente: noticias La Insuperable