En los últimos años la crisis ambiental se impuso en la agenda política por la velocidad e intensidad de los daños al planeta y por a toma de conciencia de que hemos llegado a un punto en el que pueden volverse irreparables.
Los activismos ambientales protagonizan hoy la lucha por una transformación radical que detenga este proceso de degradación. A través del programa de investigación Experiencias Documentadas, el Museo Nacional del Grabado se propuso mapear intervenciones gráficas sobre problemáticas socio-medioambientales realizadas en los últimos años en nuestros territorios, que incluyó, como parte del Día de la Tierra 2022, una convocatoria abierta para amplificar miradas y discursos.
Registro Fabiana Di Luca. Islas del Delta, Tigre, Buenos Aires. (2020 y 2021)
El resultado se puede ver en la exposición Un Grito Enorme Sacude la Tierra, que permanece abierta hasta el 14 de mayo. Con curaduría de Bruno Basile y Alicia Valente, la muestra se presenta como un modo de traducción curatorial posible de la publicación homónima que también se realizó con los materiales recibidos. Así, el visitante puede apreciar un amplio abanico de experiencias gráficas que se despliegan en banderas, afiches, pancartas, mapeos, pegatinas y murales, entre otras.
En la sala se exhiben los registros documentales de cada intervención junto con la obra La bajante, del colectivo Thigra, una bandera que, desde la escala y la materialidad, nos interpela con la pregunta: “¿Cuánto vale un río?”.
Como parte de la misma iniciativa, el sábado 29 de abril a las 18 h, se presenta la publicación Un grito sacude la Tierra, que reúne los 31 proyectos artísticos localizados en diferentes puntos, que se nuclearon a partir de las invitaciones y la convocatoria abierta.
Performance «Desierto herido», por el Laboratorio de Artes Gráficas del Desierto de Atacama (San Pedro de Atacama, Antofagasta, Chile. Noviembre de 2021). Integrantes: Camila Fuenzalida, Hernán Lira y Carla Sobrino Ayllú de Solor.
Para la directora del Museo, Cristina Blanco, este proyecto es parte de un programa de investigación diseñado en pos de “mapear e interrogar las marcas que deja la gráfica cuando irrumpe en el espacio público”.
“Proponemos que el Museo Nacional del Grabado sea el lugar que garantice la preservación de los registros y documentación de aquellas experiencias efímeras de intervención. En síntesis, nos interesa reflexionar sobre los contextos de producción de estas prácticas y sobre la centralidad de la gráfica para expandir ideas y consignas de transformación. A partir de estas convocatorias estamos en pleno proceso de conformación del Archivo Argentino de Intervenciones Gráficas que ojalá muy pronto sea de acceso público”, explica Blanco.
La exposición se puede visitar de miércoles a domingo, de 15 a 20 h, en Riobamba 985 (Ciudad de Buenos Aires).
Sobre el Museo Nacional Del Grabado
La creación del Museo del Grabado tuvo lugar simultáneamente con una serie de acciones e iniciativas institucionales que, desde fines de la década de 1950, buscaron posicionar la disciplina del grabado en el centro de la escena. El objetivo principal fue poner en valor una práctica que hasta ese momento no había logrado suficiente reconocimiento en el campo artístico local. El 7 de diciembre de 1983, como resultado de un lento proceso de gestiones institucionales, se oficializó el traspaso del Museo a la esfera pública.
La institución tuvo un itinerario por demás complejo. Los cierres temporales y las reiteradas mudanzas fueron su sello distintivo. Su posición inestable en el campo artístico argentino fue consecuencia de la enorme dificultad para contar con una sede propia donde desarrollar un proyecto de gestión que permitiera sostener esa potencia inicial con la que la institución fue gestada, en 1960. A mediados de 2018 el Museo Nacional del Grabado tuvo la posibilidad de reabrir sus puertas en su sede actual, ubicada en Riobamba 985 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Hace exactamente dos años comenzó un proceso de transformación institucional signado por el desafío de tensionar y expandir los límites disciplinares, y, en la misma medida, de vincularse con comunidades diversas en todo el territorio nacional. A partir del alcance de la noción de gráfica, el Museo propone dar cuenta de prácticas multiformes y desbordantes, de una vasta producción que atraviesa tiempos de enorme relevancia en la escena del arte actual.
Asambleas públicas sobre el Fuego, la Tierra y el Agua
Entre septiembre y noviembre de este año, el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces desarrollará un ciclo de Asambleas Públicas en su sala de Representantes en torno a tres elementos de la naturaleza que expresan el complejo fenómeno ambiental que nos atraviesa como humanidad y su relación con la naturaleza: Fuego, Tierra y Agua.
La propuesta busca desarrollar una serie de Asambleas Públicas de frecuencia mensual en donde distintas organizaciones, referentes, instituciones ligadas a un actor o sujeto político discutan alrededor de algún tema pautado con antelación.
La Manzana se emplaza en medio de un área -que abarca San Telmo y Plaza de Mayo- históricamente atravesada por la costumbre de agruparse en torno a diversas causas y que posee, entonces, una cultura de organización política arraigada. Por lo tanto, este proyecto se propone recuperar el concepto de asamblea como práctica política, como espacio de encuentro, de circulación de las ideas, discusión e intercambio.
Durante el 2023, el programa Asamblea Pública contempla tres elementos de la naturaleza que expresan el complejo fenómeno ambiental que nos atraviesa como humanidad y su relación con la naturaleza: Fuego, Tierra y Agua.
Cada encuentro abordará uno de estos conceptos/elementos contando con una persona que oficie de curadora/referente que se encargue de la organización de la asamblea. Además, artistas gráficos participarán para ilustrar, en simultáneo, el debate y una persona encargada de confeccionar un acta.