La obra de la recuperación del edifico histórico y emblemático de la Confitería del Molino, comenzó hace cuatro años. El Congreso Nacional, en el año 2014 sancionó la ley 27.009 para expropiar el edificio donde funcionaba desde su inauguración, en el año 2017. Desde el año 2018 la Comisión del Molino, integrada por el Gobierno Nacional, la Ciudad de Buenos Aires y el Congreso, iniciaron las obras de recuperación.
En 1997, se la declaró Monumento Histórico Nacional por medio de un decreto. En el año 2000, Patrimonio Histórico del Art Nouveau y la vanguardia de la Belle Époque por la UNESCO. El 8 de julio se realizó la primera visita guiada para recorrer las instalaciones completamente renovadas. Manteniendo la originalidad de su construcción, materiales y ornamentaciones. Han realizado una labor de gran envergadura y responsabilidad. Contratando a los especialistas en estos trabajos de recuperación de edificios históricos.
Se agotaron las 8.000 reservaciones para la primera recorrida del público, del día 8 de julio. Ya se ha anunciado una segunda, para el día 21 de julio. La entrada es gratuita, es necesario la inscripción previa. Se convocará a la misma, desde el 18 de julio a las 12 horas, se podrán anotar en la web: www.delmolino.gob.ar. Se dispondrá de ocho turnos, con una duración de 40 minutos cada uno, en su recorrido. En el horario de 12 a 19 horas. Los que concurran a esta visita guiada, tendrán la oportunidad de recorrer el edificio, desde la planta baja, el primer piso, el subsuelo y la azotea de manera opcional, con entrada por Callao 32.
Para los que no tuvieron la suerte de conocer ese edificio emblemático, podemos mencionarles que tanto los senadores y diputados, como sus asesores y allegados, concurrían habitualmente al lugar. Estaba considerado por ellos, como la “tercera cámara“. Era el lugar donde han sido consensuadas, muchas de las leyes aprobados en los recintos. Por sus salones pasaron la mayoría de los legisladores que les tocó acceder a sus cargos, desde el año 2017.
Así que una parte muy importante de nuestra historia ha transcurrido entre café y café de la Confitería del Molino, “la tercera cámara“. Es un edificio de cinco pisos. Con tres subsuelos que eran ocupados por la confitería. Allí funcionaban los talleres de producción de la mercadería que se consumía en los elegantes salones. Los hornos, las máquinas y el depósito.
En la planta baja, el bar y el salón de ventas para llevar. En el primer piso, funcionaban tres salones de fiesta. El resto de los pisos, del segundo al quinto, estaba destinado a departamentos de vivienda. En la azotea hay un mirador con una vista de privilegio, con acceso a una torre, con una hermosa cúpula. Allí se ha proyectado instalar otro espacio gastronómico.
Por Francisco Grillo
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