Cristina siente que el Rosario es su mayor protección. Reafirmado más que nunca por el fallido magnicidio. Ayer, a la tarde, Fernández de Kirchner en su reaparición pública, volvió con el Rosario encima de su pullover color rosa.
Se habla mucho de la custodia policial, del refuerzo de efectivo, de los métodos de protección de las figuras públicas, pero casi nadie se detiene en lo que Cristina, y los millones de creyentes católicos sienten en momentos de extrema dificultad, que es la más potente herramienta para combatir el mal o recuperarse de una enfermedad.
El Rosario que Cristina lleva en sus apariciones públicas va cambiando. Lo elige según la ropa que lleva, va en contraste. Se detiene para elegirlo antes de salir a la vida pública.
Se lo toca en momentos de los discursos, lo agarra con sus manos. Pide en su fuero intimo esa protección divina. Hasta llegó a salir de una intervención quirúrgica y agradecer, a través de los medios de comunicación, a todas las personas que le dedicaron las oraciones del Rosario para su recuperación.
“Nos salvó Néstor…no hay duda que estuvo allí”. Así me lo expresa un militante y comunero porteño de La Cámpora que no profesa la fe católica, pero advierte que algo espiritual intervino entre el arma y la cara de Cristina.
Por estas horas cientos de personas hacen cálculos, dan explicaciones técnicas, y se dedican a razonamientos de todo tipo.
Otros hicieron circular una imagen del Ángel de la Guarda y su oración. La devoción por el Santo Ángel de la Guarda se celebra cada 2 de septiembre, desde el 2009 por la aprobación del entonces cardenal primado de Argentina, Jorge Mario Bergoglio.
Algo divino se interpuso entre los diez centímetros que quedaron del caño de la pistola y la cara de la vicepresidenta.
La devoción del Rosario por Cristina es una característica única en una dirigente política local con incidencia internacional y tiene su impacto en las personas de profunda mística popular en Argentina y en el mundo.
Se dice que la historia del Rosario hace referencia a las cuerdas de oración anudadas que se usaron en el cristianismo primitivo; que los Padres del Desierto lo crearon usando nudos para realizar un seguimiento del número de veces que dijeron la oración de Jesús.
La Protección de las Religiones
EL domingo 4, a las 13 horas, en la basílica de Luján, el obispo Jorge Eduardo Scheinig, celebrará misa por la “Paz de la Patria”.
En la provincia de Mendoza, el obispo Marcelo Colombo, a su vez segundo de la Conferencia Episcopal, invitó a participar de la oración inter-religiosa por la “paz y la convivencia democrática”, para este domingo a partir de las 18 horas, en la Catedral “Nuestra Señora de Loreto” animada por los dirigentes y representantes de las religiones y cultos del Consejo Inter-religioso provincial. “Ciertamente todos los hombres y mujeres que creemos en Dios nos sentimos urgidos a estrecharnos en una súplica permanente al Señor de la Paz, para que no falte ese bien tan importante, a cuyo servicio está la convivencia democrática como contexto que la asegura. Los esperamos el domingo para elevar nuestra plegaria a Dios, Señor de la Historia”, explicó Colombo.
El primero de los religiosos católicos en expresar su cercanía con la dos veces presidenta, fue el obispo de Avellaneda-Lanús. El mismo jueves 1º, a la noche, en sus redes sociales el obispo Maxi Margni, repudio “el odio y la violencia que generó este atentado. Doy gracias a Dios por el fallido y le pido nos ayude a encontrar luz en medio de tanta tiniebla. Esclarecimiento, Justicia y Paz”.
El Vaticano difundió un telegrama oficial, preparado en la Secretaría de Estado, que expresa solidaria y cercanía sobre la vicepresidenta y por la Argentina contra toda violencia. Aunque tiempo después se supo que el Papa Francisco había llamado por teléfono a Cristina.
La Conferencia Episcopal Argentina, en manos del obispo de San Isidro, Óscar Ojea, también llamó a la dirigente y expidió un comunicado de prensa. Luego firmó y difundió un comunicado con los dirigentes de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Jorge Knoblovits, el presidente del Centro Islámico Argentino, Aníbal Bakir, y los miembros del Instituto Diálogo Interreligioso (IDI) el sacerdote Guillermo Marcó, el rabino Daniel Goldman y el musulmán Omar Abboud. Por la tarde del viernes, en la Casa Rosada, en la convocatoria del presidente de la Nación Alberto Fernández también estuvo el obispo Ojea, junto a su vocero Máximo Jurcinovic, y el titular de la DAIA Knoblovits.
“Sentido dolor y nuestra preocupación por el atentado contra la señora vicepresidente de la Nación, a quien le hacemos llegar por este medio nuestra solidaridad en estas horas difíciles. Creemos firmemente en el valor inalienable de la vida y rechazamos cualquier forma de violencia e incitación a e incitación a ella, así como todos los discursos que nos enfrentan e impiden aquellos debates imprescindibles en los que discutamos ideas», firmaron los religiosos de los diversos credos, quienes apelaron al esclarecimiento judicial y volvieron a clamar por una patria de hermanos, que aún no se produce en acción concreta.
Por su lado, AMIA, la Asociación Mutual Israelita Argentina, un reconocido centro de la comunidad judía localizado en la Ciudad de Buenos Aires que sufrió un criminal atentado también se expidió repudiando el ataque sobre Cristina al que consideraron que a su vez es “contra la democracia”.
Por otro lado, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) expresaron su “más enérgico repudio al gravísimo ataque sufrido por la vicepresidenta” y dicen “rogar a Dios en esta hora crítica por la paz y el diálogo en nuestra patria, por la responsabilidad de toda la dirigencia social y política. Que este sea un punto límite que marque el comienzo de la construcción de una Argentina unida”. Y concluyen con la frase de Jesús escrita por el evangelista San Juan: «La paz les dejo, mi paz les doy».
Mientras que el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, habló con el medio “La Mesa de Café”: “Comparto mi repudio, tristeza y preocupación ante lo sucedido. Esto nos pone en un escenario para revisar cómo seguimos adelante”. El monseñor jesuita advirtió que la violencia genera más violencia y que “hace tiempo estamos viviendo una etapa de “todos contra todos”. Además, sostuvo que “la tentación de cosas malas es progresiva en su deterioro y siempre termina en un gesto malo. Creo que es lo que hemos experimentado”.
El obispo cordobés pidió no ideologizar o politizar lo ocurrido contra la vicepresidenta. “Algunos dirán que esta persona que disparó es un sicario de la oposición, otros dirán que es un escenario armado. Otro grupo afirmará que es un hombre frágil psicológicamente. Son posturas que no nos ayudan”. Manifestó que lo sucedido representa una oportunidad para reflexionar al insistir que “la violencia no nos lleva a ningún sitio” y añadió: “Es un momento para detenerse y pensar que por este lado la cosa no va. Tiene que haber elementos comunes, como el dolor. Esto no apunta a los partidos políticos, sino a la persona. Es una agresión a una persona, por eso no hay que ideologizar. Hay que volver a poner la mirada en las personas y no tanto en las ideas, especialmente en las sufrientes, que son los rostros que quedan invisibles. Si hay algo que nos une, es el ser humano. El sufrimiento no tiene ideología en ningún ámbito. Hemos dejado de escuchar al que está al lado nuestro, a la familia, al sufriente. Hemos perdido el oído. Sin escucha es imposible servir”, advirtió.
El cura villero más conocido es el Padre Pepe, José María Di Paola. En un reportaje para Radio Continental aseguró que su él y su comunidad de la villa Cárcova, en José León Suárez, partido de San Martín, estaban “triste” por el magnicidio fallido y que “la intolerancia se ve reflejada en los barrios, con la utilización de armas, no entiendo como tantas personas tienen armas y ponen en peligro la vida de otros, en esta ocasión fue la vicepresidenta”.
Además, el Equipo de Curas de las Villas y Barrios Populares de la Ciudad y Conurbano bonaerense dedicaron un texto que titularon “Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” donde expresaron que este atentado “no es un hecho aislado. Hay un contexto creciente de desencuentro, polarización, intransigencia, recalentamiento social y crispación que se expresa como una agresividad sin pudor en las redes sociales y los medios de comunicación, y que llega incluso a teñir el accionar de los tres poderes del Estado” y claman a la Virgen de Luján, la madre del pueblo, que “nos ayude a ser sembradores de paz”.
El obispo de La Rioja, Daniel Braida, junto a la pastoral social también firmaron un comunicado de repudio y solidaridad por Cristina clamando “un mayor dialogo entre los sectores políticos y sociales en favor del pueblo y la paz social” y pidiendo al “Señor” y la Virgen de Luján.
El presidente de Cáritas y obispo de Quilmes, Carlos “Cacho” Tissera, junto al Departamento de Justicia y Paz local aseguraron estar “todavía conmovidos por la escena que una y otra vez transmiten los medios de comunicación. Queremos expresar nuestra solidaridad con ella y nuestra oración por su integridad física y emocional. Deseamos vivamente que se esclarezca este triste episodio con pronta justicia. Pedimos que cesen los discursos del odio y se edifique nuestra democracia con debates nobles que ennoblezcan la vida social y política de nuestra Patria.
También se expidió la Pastoral Social Nacional, a cargo del obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones, y pastorales sociales de diversas diócesis.
En la ciudad de Rosario, el obispo Eduardo Martin, invitó a todas las parroquias y capillas de su distrito a rezar la oración de la patria, “pidiendo que diálogo, la escucha, la comprensión, la grandeza de ánimo prevalezcan sobre cualquier otro sentimiento y nos ayuden a reencauzar en paz el camino común, en el respeto de la democracia y las instituciones de la República.
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.