La quinta de Olivos se constituyó en el escenario desde donde, el presidente Alberto Fernández comunicara, este miércoles 12 de agosto, la noticia esperada por todos. En poco tiempo podremos contar con la vacuna que ayude a terminar con esta pandemia.
El presidente, acompañado por el ministro de Salud, Ginés González García, y a la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, anunció que gracias al acuerdo logrado entre el laboratorio AstraZeneca y el empresario Slim; Argentina junto con México, fabricarán la vacuna desarrollada por esta empresa con la colaboración de los investigadores de la Universidad de Oxford. Los términos del acuerdo es poner a disposición de los habitantes de esta parte del continente una solución para terminar con la enfermedad que nos ha conmovido a todo el planeta. Será comercializada al precio del costo. Estiman que el valor rondará entre los 3 y 4 dólares, para que todos puedan tener acceso más allá de su condición patrimonial.
El Presidente lo define con estas palabras: “La producción local se enmarca en un acuerdo que la Fundación Slim firmó con el laboratorio que se encarga de elaborar la vacuna que elaboraron los especialistas de la Universidad de Oxford. La producción latinoamericana va a estar a cargo de la Argentina y de México, y eso va permitir un acceso oportuno y suficiente de la potencial vacuna para todos los países de la región”. Previamente a la conferencia de prensa, Alberto Fernández se reunió con los directivos del laboratorio AstraZeneca y los elegidos por estos, el laboratorio biotecnológico mAbxience que integra el grupo INSUD, en nuestro país. Allí se pudieron conocer, en detalle, los términos del acuerdo y el compromiso de trabajar con intensidad para tener lista la vacuna en el menor plazo posible y dejar de lado el objetivo económico, hasta que pase la emergencia y priorizar el sentido solidario antes que el lucro. El fin perseguido es que todos los países puedan tener acceso a la vacuna. El laboratorio argentino tendrá la responsabilidad de producir la sustancia activa, luego se trasladará a México. donde se completará el resto del proceso de producción y envase del producto.
Alberto Fernández manifestó lo siguiente: “La intención es producir entre 150 y 250 millones de vacunas para toda Latinoamérica -con excepción de Brasil- que van a estar disponibles para el primer semestre de 2021. Las autoridades de AstraZeneca me informaron que, seguramente, en el primer semestre, vamos a estar en condiciones de vacunar». El hecho de no incluir a Brasil dentro de los países latinoamericanos, es porque tiene su propio desarrollo con esta misma empresa. Se aseguró la compra de 100 millones de dosis y también realizó un acuerdo para fabricarla en su territorio. Además, está en tratos con la vacuna que se está desarrollando en China por Sinovac.
En esa reunión con los empresarios antes del anuncio intervino, en forma virtual, Hugo Sigman, CEO de mAbxience biotech Argentina y realizó estas interesantes declaraciones: “Estamos honrados que AstraZeneca haya confiado en el grupo mAbxience para la transferencia tecnológica para la fabricación de la sustancia activa de la vacuna”. Esta empresa ha alcanzado un alto grado de desarrollo en las investigaciones biotecnológicas. No fue por casualidad que AstraZeneca puso los ojos y la confianza en ellos. Recordemos que, la multinacional anglo sueca, conoce muy bien a nuestro país porque, desde hace unos años, ha realizado inversiones en el sector de los productos medicinales. En ese sentido también lo reconoció el argentino Agustín Lamas, presidente de AstraZeneca para la región del Cono Sur, quien así opinó: “Este acuerdo destaca el gran nivel de profesionales, la calidad de la ciencia y las capacidades de fabricación que tiene nuestro país. Si los ensayos clínicos resultasen resultados positivos, esta alianza estratégica proporcionará acceso temprano a la potencial vacuna Covid-19 para Argentina”.
El presidente se refirió a la manera en que se gestó este acuerdo para incluir a nuestro país para la producción de la vacuna en la región. Es indudable que la dimensión global de pandemia ha generado la necesidad de enfocar todas las expectativas a lograr un antídoto que proteja a los terráqueos de este virus que nos ha complicado demasiado. La demanda es muy grande, tanto como lo es la cantidad de humanos que habitan este mundo. Es necesario unir fuerzas. Pero por eso no se debe dejar de destacar el mérito de la biotecnológica mAbxience que ha alcanzado un nivel de desarrollo en su especialidad, a la altura de los mejores del globo. Fernández, cuenta de esta manera como se llegó a esta definición: “Es un emprendimiento privado con la Universidad de Oxford que contó con el apoyo financiero de la fundación Slim y lo convirtieron en un proyecto sin fines de lucro”. En cuanto a la razón de haber elegido a la Argentina: “Por el desarrollo tecnológico de la empresa que les permite transmitir la tecnología sin cambiar cosas. Encontraron en Argentina un laboratorio con capacidad y aptitud para llevar adelante esta producción. Esperan una producción con un piso de 150 millones de dosis y un techo de 250 millones. América Latina va a necesitar alrededor de 280 millones de dosis, sin contar a Brasil, que tiene un acuerdo con otro desarrollo”.
Debemos sacar conclusiones, últimamente suceden sucesos que nos sorprenden mucho porque somos un pueblo que está con la autoestima bastante baja. Venimos de crisis en crisis. Justamente nosotros que siempre nos creímos que éramos los mejores del mundo. En cualquier tema con lo que se pueda comparar. Poco a poco. De fracaso en fracaso. Fuimos cayendo, más y más. Y un poco más también. Ahora andamos de capa caída. Nos fuimos al otro extremo. De los mejores llegamos a creernos los peores. Eso porque vemos lo mal que nos va en las estadísticas de las variables económicas y productivas, de lo que se nos ocurra. Peleamos el descenso en todas las competencias. Eso duele. Mucho más porque, estábamos convencidos. Éramos los mejores. Tampoco somos los peores. Este reconocimiento en la primera línea de una alta complejidad, nos hace pensar en que éste es el momento de salir. De darse cuenta que es posible.
Hay capacidades en la cuales estamos demostrando que estamos en condiciones de competir. Que se demuestra a diario con emprendimientos innovadores de la ciencia y la tecnología. Con aplicaciones que incluyen a todos los sectores. Claro que podemos multiplicarlas y resolver la enorme necesidad de generar infinidad de puestos de trabajo perdidos a través del tiempo de andar por los rumbos equivocados. Esta es la realidad, que nos marca el nivel competitivo de este laboratorio. Como muchos otros proyectos, tanto públicos como privados, que sorprenden por su eficiencia. Dentro de un país como el nuestro, que está aletargado y paralizado. Estos ejemplos son la muestra de lo que podemos. La lista de exitosos es larga, mencionemos algunos como el CONAE, Invap, El Malbran, El auto eléctrico Volt, el Consejo Agroindustrial Argentino, con su proyecto para producir más y mejor e industrializar los productos del campo.
En línea con algunos pensamientos en esa dirección, que apuntan a cambiar las estructuras decadentes del aparato productivo argentino, en general, y transformarlo en empresas eficientes, modernas y adecuadas a la dinámica del desarrollo y crecimiento global. Es tiempo de pensar que estas crisis nos ponen a prueba. Si podemos salir de estas, también podemos modificar las estructuras que nos detienen y nos retrogradan al pasado. Construyamos el futuro con las herramientas del presente. Para eso hay que deponer actitudes y unirse. Nunca nos cansaremos de repetirlo.
Por Francisco Grillo
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