1 de febrero, 2022
Este primero de febrero del 2022 se convoca a una marcha a nivel nacional para pedir una reforma integral al poder judicial, democratizar la justicia y el fin del low fare.
En distintos puntos del país se concentrarán militinates politiques, organismos de derechos humanos, organizaciones feministas del campo popular y familiares de víctimas.
El poder judicial, una institución clasista, antipopular y sin perspectiva de género dió en más de una ocasión muestras de su lejanía de las demandas del pueblo. Los pasillos de los tribunales del país son un laberinto sin final para quienes acudimos en muchas oportunidades.
Desde los feminismos nos parece importante poner en cuestión esto que mencionamos. ¿Por qué? Porque hace unos años, con el surgimiento del ni una menos y la lucha incansable del movimiento feminista, logramos que aquellos crímenes que se cometían contra las mujeres dejen de ser juzgados como crímenes pasionales para que aparezca la figura del femicidio, y si bien esto tuvo una modificación legislativa, su práctica se dió en el mismo palacio de justicia. Aún así en muchas oportunidades vimos tribunales que carecían total y absolutamente de dicha perspectiva y ponían el foco en la víctima «la mala víctima».
Podemos recordar el caso Lucía Pérez cuyo tribunal absolvió a los acusados de la violación y femicidio Juan Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas, quienes en noviembre de 2018 absolvieron a Matías Farías (26), Juan Pablo Offidani (45) y Alejandro Maciel (62), en el 2021 se resolvió realizar un jury de enjuiciamiento contra dos de los integrantes del tribunal ya que el tercer integrante el tribunal, Aldo Carnevale, decidió jubilarse en 2019 y esquivar, así, las sospechas sobre su accionar.
En Tucumán el poder judicial no se diferenció demasiado, en el año 2014 condenó a una mujer tucumana a 8 años de prisión, acusada de homicidio agravado por el vínculo (Belén sufrió un aborto espontáneo, pero el criterio del tribunal plagado de irregularidades la condenó), gracias a la gran movilización de mujeres y el accionar de la mesa justicia por Belén se logró su absolución.
En el caso Paulina Lebbos el año pasado se condenó al fiscal que debía investigar el femicidio de Paulina, fue declarado culpable del delito de encubrimiento agravado. Aún hoy no sabemos quién fue el asesino.
Paola Tacacho era una profesora de inglés salteña que estaba establecida en la provincia de Tucumán, el 30 de octubre del 2020 fue asesinada en la vía pública por Mauricio Parada Parejas a quién ella había denunciado 22 veces, una de las causas fue elevada a juicio por el fiscal en el año 2016 pero el juez interviniente Francisco Pisa considero que era un dispendio judicial. El final trágico se podría haber evitado de no ser por la falta de perspectiva de género y el poder económico de la familia del asesino, elementos suficientes para que Pisa no cumpliera su función.
En el 2021 el movimiento feminista junto a la mamá Mariela Tacacho y su familia (después de inumerables presentaciones de juicio político, más la movilización en Tucumán y Salta) consiguieron la destitución de uno de los responsables del femicidio de Paola Tacacho. Fue la fuerza de la lucha la que logró una importante victoria en lo que consideramos es un paso más para la eliminación de las violencias por motivos de género. Está destitución marcó un precedente histórico para nuestro país ya que se fundamentó en el accionar del funcionario (incumplimiento de los deberes a su cargo, por vulnerar el derecho a la tutela judicial efectiva; falta de cumplimiento de los deberes a su cargo, por no observar las condiciones de vulnerabilidad de Tacacho; y falta de cumplimiento de los deberes a su cargo, al no abordar con perspectiva de género el tratamiento de la causa).
Es necesaria la implementación de un sistema democrático de acceso a la justicia. No podemos hablar de democracia con preses politiques, no podemos hablar de democracia con víctimas de violencias por motivos de género que aguardan cansades de la revictimización una respuesta, no podemos hablar de democracia cuando aún Milagro Sala está presa.
La experiencia de la lucha permite mover estructuras que no dan cuenta de la realidad en la que vivimos, sabemos que es un poder vetusto, patriarcal, que no atiende la urgencia del pueblo.
Es por eso que en esta fecha nos convocamos las militantes feministas del campo popular a las calles porque la consigna de una reforma judicial feminista es urgente.