El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, instalará un ascensor en el Obelisco porteño, con el propósito de convertirlo en un Mirador público.
Por tal motivo, llamó a licitación para comenzar con la obra, que dispone de un presupuesto de $157.935.680 y un plazo para su ejecución de ocho meses.
El lunes 07 de noviembre, se abrirán los sobres de la licitación de la obra, que estará supervisada por el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad. Se instalará un ascensor panorámico que tendrá un lado de vidrio, y ocho paradas. A su vez, se construirá una escalera de emergencia con una estructura metálica. Los visitantes subirán 56 metros por ascensor, luego tres metros por una escalera recta, y el último tramo por una escalera caracol, hasta llegar a los 62 metros de altura.
En ningún caso, se tendrá acceso a los túneles del Subte que se encuentran por debajo del icónico monumento de la Avenida 9 de Julio y Corrientes. El “Mirador Obelisco” será construido para los vecinos de la ciudad y el público turístico, que quiera disfrutar de una vista panorámica desde un sitio neurálgico de la Ciudad de Buenos Aires.
El Obelisco de Buenos Aires se encuentra ubicado en el barrio de San Nicolás, y con sus 67,5 metros de altura fue inaugurado el 23 de mayo de 1936, durante la presidencia de Agustín Pedro Justo, con motivo del cuarto Centenario de la primera fundación de Buenos Aires por Don Pedro de Mendoza.
Sólo tardaron 60 días en construirlo, y fue emplazado donde se encontraba la histórica Iglesia San Nicolás de Bari (que dió origen al nombre del barrio de San Nicolás) y en donde se izó por primera vez la bandera nacional, creada por Manuel Belgrano, en una de las torres de la Iglesia, el 23 de agosto de 1812. Allí también fue bautizado “San Héctor Valdivieso” en 1913, el primer Santo que tuvo Buenos Aires. La Iglesia fue trasladada a su sitio actual, en la Avenida Santa Fe 1364, en el año 1936.
Al igual que la Torre Eiffel de París (Francia) o que la Estatua de la Libertad de Nueva York (EEUU), el Obelisco es el emblema de la Ciudad de Buenos Aires. Para llegar a la punta hace falta subir 206 peldaños de una escalera de hierro vertical sin baranda, y sujetarse a un arnés acompañado por personal de Defensa Civil. Hay siete descansos cada ocho metros, y el ascenso dura unos quince minutos. En la cúspide hay cuatro ventanas iluminadas con lámparas, y la estructura termina en un pararrayos, que no se llega a visualizar desde abajo.
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