Una de las patas de la protección y cuidado del medio ambiente es la educación. Tanto es así que las Naciones Unidas determinó como Día Mundial de la Educación Ambiental el 26 de enero. La educación en este aspecto también está dentro de la Declaración de Estocolmo, dictada por el mismo organismo
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires también es impulsor de esta política. Es por ello que tiene un programa llamado “Promotoras Ambientales”. Con ese nombre se hace referencia a mujeres que actúan como recuperadoras de elementos para reciclar y que conforman juntas una cooperativa de 120 integrantes. Su rol es concientizar a los vecinos de esta Ciudad sobre la necesidad imperiosa de separar los residuos según su tipo.
La ministra de Espacio Público e Higiene Urbana manifestó que es clave la labor de esta cooperativa ya que diariamente las promotoras ambientales trabajan para educar a los vecinos de la Ciudad en buenas prácticas en lo que hace al cuidado del medio ambiente en relación a los residuos.
El pasado 26 de enero, fecha en la que, como dijimos, se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, en Barracas, más exactamente en el punto Verde de la Plaza Colombia, tuvo lugar una acción de la cooperativa en ese sentido. Todos los vecinos pudieron informarse de cómo debe ser la separación en origen de los residuos urbanos. Tras la separación en origen, los residuos son llevados a reciclar en los Centros Verdes que la Ciudad posee.
Ya son 12 las cooperativas existentes en el GCBA en la actividad de recolección de reciclables. Cada una tiene promotoras que educan a los porteños en la importante tarea de separación en origen. Las promotoras también enseñan en qué consiste el sistema de reciclado y cómo es el trabajo de los recuperadores urbanos.
Los materiales reciclables son el papel, el plástico, el vidrio, el cartón y el metal que pueden presentarse como botellas, bolsas, cajas, diarios, frascos, latas y embalajes. Es fundamental que cada objeto depositado en el contenedor verde esté limpio y seco. Otra manera de deshacerse de ellos es entregándoles en un Punto Verde o bien en manos de cada recuperador.
Si la tarea de las promotoras y recuperadoras urbanas no fuera diaria, no se lograría que el porteño se acostumbre a separar en origen los residuos. Esa pequeña tarea diaria en el hogar es fundamental. Es importante que la gente aprenda a no desechar en el contenedor negro o gris la basura si separar. Si no se tiene esta actitud consciente, todo termina junto en el relleno sanitario.
El programa Promotoras Ambientales ya tiene su historia ya que han pasado 8 años desde que comenzó
La Ley Yolanda, sancionada en 2020 tiene como objeto conseguir para los trabajadores en la gestión pública, una educación integral en medio ambiente, a fin de llegar a la meta de un desarrollo sostenible, siempre estando atentos al presente cambio climático que se está viviendo. El GCBA es pionero en sancionar una ley así en el marco de este país.
La capacitación en este sentido para todos los empleados públicos del Gobierno de la Ciudad, se dicta en forma gratuita. Los contenidos son el cuidado del medio ambiente, el desarrollo sostenible y el problema del cambio climático. Es fundamental que las políticas públicas gubernamentales se involucren con la planificación e instauración de programas que hagan posible los mencionados objetivos. Y es que sólo así se llegará a vivir en un país sostenible desde lo medio ambiental.
Por Visión Porteña
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