12 de marzo, 2022
Clarín censura a su propia Editora de Género
Desde la Comisión Interna de Clarín/AGEA rechazamos la decisión de la jefatura periodística de Clarín de eliminar la columna de opinión de la Editora de Género, Mariana Iglesias, publicada el jueves 10/3 y bajada del sitio a las pocas horas. Respaldamos a nuestra compañera y repudiamos el hecho.
Mariana fue nombrada Editora de género en junio de 2019, según el propio anuncio de Clarín, «contra las desigualdades y estereotipos», porque «impulsar la igualdad es una responsabilidad de los medios». Como paradoja, la columna que se decidió eliminar (sin previo aviso ni explicación a la autora, lo cual es una censura) planteaba un debate sobre esa problemática en la semana de un nuevo 8M, en el que la asamblea de Clarín al igual que gran parte de la sociedad reclamó acciones al respecto.
Cuando Mariana fue designada, la empresa y la jefatura periodística quisieron colgarse la medalla de promotores de la equidad de género. Pero lo cierto es que fue un logro colectivo, parte de una campaña con propuestas por igualdad y periodismo no sexista votada por la asamblea y acompañada por más de 300 firmas de trabajadores y trabajadoras de AGEA. Por ende, la decisión tomada no sólo es repudiable por ser un ataque a ella, a su libertad de expresión, a su profesionalismo e idoneidad y al espacio de opinión conseguido para debatir sobre problemáticas sociales en pos de la igualdad. También es un acto de violencia contra la asamblea y sus reclamos, así como contra la colectiva de mujeres que en Clarín lleva más de 5 años planteando con respeto, argumentos y proposiciones para un cambio cultural en nuestras redacciones.
El rol de la editora de género es fundamental. Pero representa sólo un primer paso de un camino que no queremos que quede acotado a un título de marketing. Por eso insistimos una y otra vez en la necesidad de un equipo de trabajo que la acompañe y en la capacitación obligatoria para todos los rangos en las redacciones. Lo sucedido nos alarma más que nunca sobre el freno en el cambio comenzado.
¿Cómo no leer una intención de usar a nuestra compañera como parte de un pink wash políticamente correcto, si se la censura al plantear una posición crítica sobre un mensaje en un medio de comunicación?
Este acto de violencia no es más que la consecuencia de un proceso de resistencia transversal a todas las jefaturas de Clarín. No son las columnas de antivacunas, antiaborto o contra los derechos de las mujeres las que deciden censurar; son las que buscan reivindicar el rol de las femeneidades y aquellos contenidos que con perspectiva de derechos pretenden sumar voces y echar luz sobre la desigualdad y la violencia de género.
Esta, como otras decisiones cotidianas, es contra el cambio que desde las bases impulsa el movimiento de mujeres y la organización gremial, también en nuestras redacciones. No es una moda, no es un caso aislado, es contra todas y todos.
A este escenario misógino, nos toca agregarle que quienes toman estas decisiones también desconocen las formas en que actualmente se leen los contenidos periodísticos. La repercusión de la nota eliminada es ahora imparable. El cambio cultural, el fin de las violencias y la equidad de género que promovemos también lo serán.