Es una de las afecciones más prevalentes entre los hombres y ahora dispone de una nueva terapia.
El cáncer es una enfermedad destructiva que constituye una grave preocupación para la salud pública a nivel mundial, y el cáncer de pulmón en particular es una de las condiciones más frecuentes. Según información del Instituto Nacional del Cáncer, proporcionada por el Ministerio de Salud de la Nación, en el año 2021 se reportaron 8,863 fallecimientos relacionados con esta enfermedad en nuestro país.
Es relevante señalar que el cáncer de pulmón figura entre las enfermedades más frecuentes en hombres, ocupando el segundo lugar como causa de cáncer más común en el género masculino, después del cáncer de próstata. Estas estadísticas resaltan la gravedad del asunto y la necesidad urgente de implementar de manera eficaz nuevos tratamientos farmacológicos que contribuyan a la disminución del tumor potenciando la calidad de vida.
Por eso, hay un innovador medicamento para tratar el cáncer de pulmón. De la gran variedad de nuevos fármacos disponibles para combatir la enfermedad, con más de 100 en los últimos cinco años, los pacientes con un tipo particular de cáncer de pulmón en etapa avanzada o metastásica ahora tienen la posibilidad de acceder al amivantamab, un anticuerpo monoclonal aprobado por la ANMAT, que puede aumentar la esperanza de vida en casi dos años.
La esencia de esta nueva era de tratamientos contra el cáncer reside en la precisión. Estos medicamentos están formulados para dirigirse de manera precisa al objetivo deseado. En esta situación específica, el objetivo es un tipo de cáncer de células no pequeñas que exhiben una alteración genética identificada como mutación en las inserciones del exón 20 del EGFR, especialmente cuando la enfermedad avanza durante o después de recibir quimioterapia a base de platino.
El actual presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica; Diego Kaen, afirmó: “Esta es una población que hasta ahora no contaba con un tratamiento efectivo, con la excepción de la quimioterapia. La llegada de esta medicación es verdaderamente novedosa. Los pacientes que poseen esa alteración en su ADN tumoral pueden responder a este fármaco”
Y luego en Clarín, expresó: “Los pacientes que se beneficiarán con la terapia no son numerosos, pero más allá de la cantidad, es importante comprender que cada paciente es una entidad completa en sí misma, y cada uno de ellos ahora tendrá acceso a una opción terapéutica que antes no existía”
La metodología para valorar el efecto de los recientes fármacos contra el cáncer se encuentra intrínseca a su naturaleza misma, al enfocarse en blancos cada vez más concretos. Las alteraciones en el EGFR son mutaciones genéticas frecuentes en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, y las mutaciones en las inserciones del exón 20 del EGFR representan las terceras mutaciones principales del EGFR en términos de incidencia, afectando a aproximadamente el 10% de los casos.
El amivantamab, creado por la empresa farmacéutica Johnson & Johnson, evidenció su efectividad en el ensayo clínico Chrysalis. En dicho estudio, se constató que en el 37% de los pacientes se observó una reducción del tumor, mientras que en el 74% la enfermedad se mantuvo en un estado estable, lo que supuso una mejora en la calidad de vida de los pacientes. La mediana de supervivencia global alcanzó los 23 meses, un resultado sin precedentes para esta categoría de cáncer.
Tecnologías de última generación.
El cambio de paradigma hacia una terapia más efectiva en lugar de masiva enfrenta dos desafíos significativos. El primero y más obvio es el alto costo de los medicamentos innovadores, lo que complica su acceso en un sistema de salud en crisis. El segundo desafío, menos evidente pero igualmente crucial, radica en la necesidad de análisis genéticos para poder obtener este tipo de tratamientos.
No obstante, la mitad de los pacientes que presentan esta mutación no son detectados mediante las pruebas genéticas estándar (PCR), lo que complica la elección del tratamiento más apropiado. Se requieren pruebas de secuenciación de ADN avanzadas para lograr un diagnóstico preciso de la enfermedad. Diego Kaen, aclaró lo siguiente: “Sólo el 40% de los pacientes con cáncer de pulmón metastásico accede a esos testeos”.
El jefe del Servicio de Oncología Clínica del Hospital Universitario Austral, Manglio Rizzo, Destacó la relevancia de la evaluación molecular de los tumores. Por ello en Clarin dijo: “Hasta la fecha, sabemos que aproximadamente la mitad de los pacientes con cáncer de pulmón presentan una mutación que permite un tratamiento específico y personalizado. También sabemos que aquellos que reciben este tipo de tratamiento tienen mejores resultados que los que no lo hacen”,
Kaen, en contextos actuales, expresó: “es prácticamente una obligación que los pacientes con cáncer de pulmón puedan ser testeados molecularmente antes de indicar un tratamiento. El testeo molecular es parte del diagnóstico: así como estadificamos el tumor, le hacemos una tomografía y un análisis de sangre al paciente, se debe realizar también el testeo molecular”.
El dilema del acceso a las pruebas moleculares podría encontrar una solución si avanza una iniciativa que plantea que sean los fabricantes de los nuevos tratamientos los que costeen estos análisis, gastos que luego compensarán con la venta de los medicamentos que desean lanzar al mercado. Sin embargo, aunque este plan está en una fase avanzada, aún no ha concluido.
Diego Kaen afirmó: “Hasta hace poco, los pacientes alcanzaban una sobrevida de unos 6 meses, pero ha habido un cambio significativo y hoy entre el 30 y el 40 por ciento de los pacientes sigue con vida a cinco años de haber sido diagnosticado, algo impensado antes”. En contexto con un mapa genético que funciona como un punto de referencia para la adaptación de medicamentos personalizados, los cuales han contribuido a incrementar la supervivencia en el cáncer de pulmón.
Para finalizar, Rizzo ratificó que “las estadísticas muestran que los pacientes con cáncer de pulmón viven cada vez más. Esta tendencia se ha incrementado durante los últimos años y se hará cada vez más pronunciada. Ciertamente, viendo los avances que ha habido en los últimos años, se puede ser optimista y proyectar un futuro promisorio”.
Por Visión Porteña
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