Sobrevivió todas las épocas y generaciones consagrándose la reina de las bebidas. Una infusión popular cada vez más buscada que lejos de extinguirse continua cada día más vigente entre las pasiones porteñas.
Pueden ser con más azúcar o menos, al aire libre o en un espacio cerrado y mítico, en vasos descartables o en tazas de estilo, sin embargo nunca dejan de ser las más vendidas.
Las modas pasan por la decoración y el estilo de los bares pero jamás por la innovación del café.
Con el paso de los años el café logro penetrar incluso en las generaciones cada vez más jóvenes. A muchos les atrae el envolvente aroma y particular sabor que trae consigo esa bebida utilizada para amenizar el final de una cena, en reuniones con amigos o como excusa para una reunión.
El promedio etario de los consumidores masivos va de los 25 a los 70 años.
Mas allá de haberse convertido en la bebida más solicitada diversas leyendas sobre el origen de la planta la ubican en Etiopía, una de ellas cuenta que un pastor de cebras al ver la vitalidad de su rebaño luego de consumir las rojas bayas se las llevó a un venerado musulmán que las arrojó al fuego en gesto de desapruebo.
Según la historia al percibir la embriagadora fragancia que desprendían los pequeños frutos al contacto con las brasas, el sabio metió las manos, los extrajo ya tostados y tiró en un recipiente cercano con agua y sal.
Así relatan muchos el nacimiento del café, ese calificado por Giuseppe Verdi como bálsamo para el corazón y el espíritu, que gusta tanto amargo como dulce, claro, oscuro o mezclado con otros ingredientes y esencias siempre y cuando sea siempre café.
Y aunque lo amargo evolucionó como un sistema de alerta natural para proteger el cuerpo de sustancias nocivas, resulta que cuanto más sensibles son las personas al amargor de la cafeína más café toman, asegura un estudio de la estadounidense Universidad de Northwestern y el Instituto de Investigación Médica QIMR Berghofer, en Australia.
El café es la bebida que identifica a las grandes urbes. Y Buenos Aires es una de ellas.
Mas allá de ser la bebida clásica que nunca pasa de moda los beneficios del mismo fueron muy cuestionados y la polémica se instalo en una época difícil donde todo puja hacia lo saludable. Sin embargo recientes estudios científicos avalan los beneficios del mismo sobre el organismo y dejando a tras la etapa de perjudicial con la que se había hecho fama hace algunos años atrás.
Si bien los estudios avalan que el principal compuesto del café es cafeína, una droga psicoactiva con importantes efectos sobre el sistema nervioso humano resaltan los reconocidos efectos energizantes, antioxidantes, antinflamatorios, termogénicos, así como la modulación de la diversidad microbiana de la planta, que contribuyen a la reducción de hasta un 25 por ciento del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.