Se trata de la Confitería La Ideal y el Bar La Giralda, que había cerrado sus puertas, para ser puestos en valor.
Tanto La Ideal como La Giralda están en manos de un mismo estudio de Arquitectura para su restauración, quien ya realizó diversos trabajos en el mismo sentido con otros clásicos bares de la Ciudad de Buenos Aires como el Petit Colón, el bar Iberia y el café La Paz.
En primero en reabrir será el Bar La Giralda, que está previsto para el mes de febrero. Por otra parte, se estima que en agosto podrá reabrirse la Confitería La Ideal, luego de 4 años cerrada.
El estudio de arquitectos Pereiro, Cerrotti & Asociados es quien tomó el proyecto en la confitería de Suipacha al 300, pero con el correr del tiempo comprendieron que el trabajo que tenían por delante era algo más complejo de lo que creían.
“Todo estaba oscurecido por el paso del tiempo y el humo. Las columnas y la boiserie estaban completamente negras. Los perfiles de los pisos, carcomidos. Para hacer espacio a la milonga, habían cerrado la apertura del techo de planta baja, que permitía que pasara la luz natural que entraba por la cúpula”, contó a un medio de prensa Adrián Brudner, uno de los arquitectos que tiene en sus manos la restauración de la mítica confitería.
El sitio tiene más de un siglo de historia y poco trabajo de restauración en su haber, tuvieron que reforzar estructuras, rehacer pisos y baños, cambiar la cabina del ascensor, aplicar estuco en paredes y techos, instalar equipos de aire acondicionado, dorar a la hoja y restaurar arañas, madera y vitral.
Una de las tareas más difíciles fue volver a abrir el hueco que hay en el centro, que según los arquitectos “fue cerrado en los setenta para hacer pista de baile en el primer piso. Le pondremos una baranda vidriada, de poco menos de dos metros de alto”.
Por otro lado, y poniendo la mirada por fuera, llegamos al frente de la confitería. En este sentido, el director de la obra, Alejandro Pereiro, explicó que debieron “retirar más de diez capas de pintura y tirar la capa de hongos y bacterias que había dejado a la fachada casi negra, para pulir la piedra París y que ese revoque aparezca en todo su esplendor, con las tonalidades originales. Queremos que quede como en 1912”.
En relación al Bar La Giralda, que se encuentra sobre la Avenida Corrientes 1453, el reto fue muy parecido, ya que el deterioro del predio y el trabajo por delante eran más grandes de lo que podían imaginar. “El local estaba muy abandonado, apenas tenía cocina. Muchos azulejos estaban rotos y los zócalos de madera, podridos”, cuenta Gabriel García, uno de los dueños de La Ópera, junto a su primo Nicolás Marques. Ambos emprendieron este gran trabajo que ellos lo ven como “un gran desafío: reabrir un café que fue marca registrada de la avenida Corrientes por casi nueve décadas”.