El entrenador xeneize decidió preservar al mediocampista español, lesionado desde marzo. Otros jugadores del plantel también arrastran molestias físicas.
Boca Juniors enfrentará este domingo a River Plate en una nueva edición del Superclásico del fútbol argentino, un cruce que paraliza al país sin importar el contexto deportivo. Sin embargo, el equipo dirigido por Fernando Gago no podrá contar con una de sus principales figuras: Ander Herrera. El mediocampista español no será parte de la convocatoria para el duelo en el Monumental, a pesar de haber acelerado su recuperación con el objetivo de estar disponible.
La decisión fue tomada en conjunto entre el cuerpo técnico y el área médica del club. La prioridad, explicaron desde el entorno xeneize, es que Herrera llegue en óptimas condiciones físicas a los octavos de final del Torneo Apertura, certamen en el que Boca ya aseguró su clasificación y la ventaja de definir en casa las dos primeras llaves. El cuerpo técnico consideró que forzar su regreso podría provocar una recaída, con consecuencias más serias a futuro.
En este sentido, fuentes del club informaron que Herrera sufre una “lesión grado 2 en el cuádriceps derecho”, producto de un desgarro sufrido el pasado 31 de marzo durante el partido frente a Newell’s. Desde entonces, transcurrieron más de tres semanas de recuperación, pero la falta de ritmo futbolístico y el riesgo de una nueva ruptura muscular fueron factores determinantes para su exclusión del clásico.
Desde Boca confirmaron que “está afuera” y que si bien la evolución ha sido positiva, la recomendación fue no arriesgarlo. Además de evitar una posible rehabilitación prolongada, la idea del cuerpo técnico es que el volante llegue con rodaje competitivo al Mundial de Clubes, uno de los grandes objetivos de la institución este año.
A pesar de esta baja sensible, no es el único caso que preocupa a Gago. Milton Delgado, uno de los juveniles que viene ganando terreno en el mediocampo, sufrió una contractura en uno de los isquiotibiales durante el último encuentro ante Estudiantes. El cuerpo técnico actuó con rapidez: lo reemplazaron cinco minutos antes del final por Lautaro Di Lollo para evitar que la molestia derivara en una lesión. Según los reportes, Delgado estará disponible el domingo.
Por su parte, Kevin Zenón también terminó extenuado tras el triunfo ante el Pincha. El ex Unión de Santa Fe fue reemplazado cerca del cierre del partido por Exequiel Zeballos y, en la jornada posterior, se entrenó de manera diferenciada en el gimnasio. A pesar del desgaste, Zenón no tendría inconvenientes físicos y todo indica que será titular en el clásico.
El panorama se torna más favorable en el caso de Milton Giménez, quien se había retirado con una molestia ante Belgrano en Córdoba. El delantero se recuperó de un esguince en el tobillo derecho y será parte de la delegación que visitará Núñez. Aunque no estaría desde el arranque, el cuerpo técnico lo considera una opción desde el banco.
De este modo, salvo imprevistos, la probable alineación de Boca para enfrentar a River será con: Agustín Marchesín en el arco; Luis Advíncula, Rodrigo Battaglia, Marcos Rojo y Lautaro Blanco en la línea de fondo; Tomás Belmonte, Milton Delgado y Kevin Zenón en la mitad de la cancha; Carlos Palacios como enganche; y la dupla ofensiva integrada por Edinson Cavani y Miguel Merentiel.
El árbitro designado para dirigir el encuentro es Nicolás Ramírez. Será también un partido especial para Fernando Gago, quien dirigirá su primer Superclásico como técnico de Boca. En lo deportivo, el equipo llega en un gran momento: desde la eliminación en la Fase 2 de la Copa Libertadores frente a Alianza Lima, ganó seis de los últimos siete partidos en el torneo local y lidera cómodamente la Zona A del Apertura con 32 puntos. Además, encabeza la tabla general, superando por tres unidades a Rosario Central y Argentinos Juniors.
En tanto, el rival llega enfocado en su participación internacional y aún no definió por completo su once titular, aunque se espera que Martín Demichelis presente un equipo competitivo para cortar la buena racha de su clásico adversario.
