Por Mariana González
Es un secreto a voces que las redes sociales están monitoreadas por varios actores, desde delincuentes hasta gobiernos.
Por supuesto, se puede usar este medio de comunicación e interacción social tan útil para estar enlazados en una red mundial, pero también debemos estar informados sobre nuestros derechos y tomar precauciones.
Hay que saber que Facebook vende la información de los usuarios al mejor postor y de hecho hay un mega juicio por este tema al titular de esta red. Al hacer clic en ‘acepto’, le otorgamos la propiedad exclusiva y perpetua de toda la información e imágenes que se publican y se autoriza a Facebook el uso transferible, junto con los derechos de distribución o despliegue público de todo lo que hay en la página Web.
Los términos de uso le reserva el derecho a conceder y sub-licenciar todo ‘el contenido del usuario’, transformando un comercio privado en endosos públicos.
Los académicos lo califican a Facebook como el desarrollo del espionaje más grande en la historia de la humanidad, donde los usuarios se convierten de manera inconsciente en los precursores del fenómeno de ‘Big Brother’ (el Gran Hermano te está observando). Alusión directa a la intromisión abusiva del estado en los asuntos privados del ciudadano común para controlar su comportamiento social y a los delincuentes que monitorean datos constantemente.
Por lo tanto, es bueno ser precavido en una época difícil como la actual: las fotos, los amigos, nuestra casa, nuestros lugares, costumbres, hobbys, relaciones, nivel económico, escuela, direcciones, lugar de vacaciones, nuestras fechas de tiempo libre, nuestro pensar ideológico, adonde vamos, con que automóvil nos movemos o cuando nuestra casa queda sola.
Esta información puede ser comercializada, estar en alguna central de inteligencia o al alcance de delincuentes comunes.