10 de marzo, 2021
Una vez más el 8M se convierte en la fecha que inicia la agenda de movilización del año. De manera preliminar, podemos decir que fuimos más de medio millón por las calles y llenamos el corazón de la ciudad.
Una vez más salimos a las calles para hacerlas nuestras, para gritar por todas las que no están, para continuar luchando por la vida digna que haremos nuestra. A pesar de la crisis que ahoga nuestras vidas, en la calle es que seguiremos transformandola, achicandole cada vez más la cancha a los poderosos, a este Estado terrorista. Venceremos compañeras y compañeres.
Si somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar y de las indígenas que no lograron conquistar, somos organización feminista que exige a los gobiernos y a los Estados de la región nuestroamericana los mundos mejores que nos deben. El día internacional de las mujeres trabajadoras de 2021 nos encuentra hartas porque ¡vivas, libres y con derechos nos queremos!
Huelgas feministas, plantones, tertulias, mitines, asambleas. Marchas, concentraciones, caravanas, ruidazos, presentaciones de proyectos. Intervenciones, tomas, tuitazos y performances. Paro nacional, ferias, conciertos. El 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, es de todas. Y se expresa en todos los territorios donde es urgente liberarnos.
Entre ayer y hoy, las pibas, las cabras, las morras, las warmis, las parceras, las guambras, las peladas, las bichas, las patojas, las chamas y las chavalas, estuvimos y estaremos en las calles. Hermanas genealógicas vestidas de morado, verde, rojo o negro, exigiremos a quienes detentan los poderes tradicionales que rompan el pacto patriarcal, racista y de clase que sostiene los privilegios socioeconómicos que nos destinan a ser ciudadanas de tercera. Exigiremos las políticas reales que combatan los femi(ni)cidios, travesticidios y transfemicidios que son la expresión última de las violencias cotidianas. Y de no cumplirlo, exigiremos con rabia destituyente que se hagan a un lado.
En la década de las victorias feministas, ya no parece ser posible subestimar la potencia de la organización y el poder de transformación que emanan del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y personas trans y no binaries; que pretendemos sea feminista, anticapitalista y de liberación. Porque somos masivas e históricas, destituyentes y constituyentes, originarias y creativas. Por eso, exigimos cupo laboral y acceso a la salud, educación y vivienda para travestis y trans y realizamos huelgas porque nuestros trabajos no son reconocidos; y gritamos que si el acceso a la justicia es privilegio patriarcal, la propuesta para refundarla será feminista popular.
Cosechar la alerta feminista y la solidaridad
Sin fronteras estamos organizadas y construyendo solidaridad allí donde una “alerta feminista” se levanta. En El Salvador, donde se opusieron a la militarización de los territorios impuesta por el macho facho del presidente; en Polonia, donde la alianza patriarcal del gobierno y el poder judicial pretende controlar la autonomía y los cuerpos eliminando el derecho al aborto; en Andorra, donde son criminalizadas por señalar las injusticias de la perpetuación de un Estado teocrático; o en Honduras, donde las defensoras del derecho a la tierra y al agua resisten a las herramientas represivas del capitalismo racista.
Pero en el Estado Plurinacional de Bolivia habrá una marcha de 8M tras la recuperación democrática; en Costa Rica se presentará el primer proyecto ciudadano de Interrupción Voluntaria del Embarazo; en Guatemala y en México se radicaliza el movimiento de mujeres ante Estados sistemáticamente racistas y feminicidas; en Chile, las candidaturas feministas a la Constituyente son las que mayores -y mejores- propuestas antineoliberales revelan; y en Argentina será el primero con aborto legal, seguro y gratuito, una demanda que se repetirá en toda la región.
Si somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar y de las indígenas que no lograron conquistar, somos organización feminista que exige a los gobiernos y a los Estados de la región nuestroamericana los mundos mejores que nos deben, la calidad de vida que humanamente merecemos, los puestos de decisión que nos pertenecen por mover el mundo de hecho. Este 8M, todas en todos los territorios gritamos, hartas, ¡vivas, libres y con derechos nos queremos! Por Laura Canteros.