28 de junio, 2020
Un 28 de junio de 1969, en el Bar Stonwall de New York, en Estados Unidos, los gays y travestis dijeron “Basta” y se revelaron. “Ni un lugar propio -un bar- podemos tener, se dijeron con las miradas y a los policías que entraban para llevarlxs preso, solo por ser gay y travestis y estar en un bar de levante, se empezaron a defender…. En esta interesante nota histórica que te trae Buenos Aires Inclusiva te enterarás de los pormenores y debajo, las actividades argentas que hay para conmemorar este día. Un dato no menor es que nuestro César Cigliutti, en los 90s, cuando comenzaban las Marchas del Orgullo Gay-LGBT en la Argentina, le propuso a la CHA (Comunidad Homosexual Argentina) cambiar la fecha, porque el festejo en junio, para lxs yanquis es verano e implica diversión y alegría, mientras que en la Argentina era gripe, frío y riesgo, dada la cantidad de infectadxs con HIV que teníamos por estas pampas. Ese fue el origen del cambio de fecha para realizar la Marcha en noviembre.
STONEWALL: EL ORIGEN DE TODO…
“Unides y diverses. Que nadie nos quite el orgullo de ser libres, de ser putas, de ser trans, travestis, lesbianas, marikas, marimachos, tortas, bolleras, intersexuales, no-binaries, bisexuales, pansexuales, poliamorosas, asexuales, afros, negres, originaries, marrones, y de todas las diversidades humanas… Contra los mandatos patriarcales, contra el Genocidio trans-travesti, contra los travesticidios y transfemicidios, contra todos los crímenes de odio, por el cupo laboral trans-travesti en todo el país, por una ley de reparación histórica integral para las sobrevivientes del genocidio trans-travesti, por la derogación de los códigos contravencionales, por el fin del hostigamiento y la persecución a les trabajadores de la economía popular, por alternativas laborales concretas y reales, por infancias felices y una vejez digna, contra el racismo y todas la formas de discriminación … El 28 de Junio, Marchamos… Nos quieren dividir, nos quieren separar, nos quieren peleadas, enojadas, dispersas, divididas, pero no podrán. El amor es más fuerte. BASTA DE GENOCIDIO TRANS-TRAVESTI. BASTA DE TRANSFEMICIDIOS Y TRAVESTICIDIOS. BASTA DE CRÍMENES DE ODIO”, dice la propuesta Organizada por el Movimiento Trans Nadia Echazú. La libertad de hoy: En la madrugada del 28 de junio de 1969 tuvo lugar uno de los hechos que, sin saber muy bien cómo ni por qué, se convirtió en un hito y un referente en la historia contemporánea del mundo y muy en especial en la historia de la lucha por los derechos civiles, hablamos de la revuelta marica ocurrida en el Stonewall Inn, un bar del Greenwich Village de Nueva York.
Los antecedentes
No fue la primera revuelta entre los representantes de un
sistema injusto y una minoría discriminada, ni fue la primera donde esa minoría
estaba formada por aquellos que por causa de su orientación sexual eran
señalados como enfermos o delincuentes. Diez años antes de las revueltas
del Stonewall Inn, enfrentamientos similares se habían producido en
la cafetería Cooper´s Donuts de los Ángeles y tres años antes en la cafetería
Compton de San Francisco.
Cafetería Cooper´s Donuts de los Ángeles
Enought is enought
La revuelta del Stonewall Inn no destacó por ser excesivamente violenta, no hubo muertos ni heridos graves. Y tampoco fue un acto de reivindicación política, organizado o dirigido por intelectuales o activistas que luchaban por los derechos homosexuales. Sin embargo, ahí quedó en la memoria de todos como el momento y el lugar en el que alguien dijo que no. Que ya estaba bien, que esta vez ya no agacharían la cabeza y no sufrirían la humillación de ser tratados como pervertidos o criminales, cuando su único delito era ser ellos mismos y tratar de disfrutar de algunos de los privilegios que los demás entendían y vivían como algo normal. Cosas tan simples como divertirse, reír, bailar y amar.
El verano del amor
Eran tiempos convulsos y de cambio en los que una generación
que había nacido tras la segunda guerra mundial pedía paso. Eran los tiempos de
la guerra fría, del anticomunismo y la lucha por los derechos civiles, de
Vietnam y Nixon. Era el verano del amor, y al ritmo de los Beatles, de Elvis,
los Rolling, Bob Dylan o Joan Baez, la minoría dentro de las minorías se reunía
en antros y tugurios escondidos, donde por tres dólares, consumición incluida,
podían sentirse seguros mientras bailaban, charlaban y bebían el alcohol
rebajado que las mafias que controlaban ese mundo underground, tenían a bien
ofrecerles. Todo ello por supuesto con el visto bueno de una policía corrupta
que cobraba su parte a cambio de hacer la vista la gorda y limitarse a cubrir
el expediente.
Grafitti denunciando la corrupción de la policía y de la
mafia.
Oasis de parias
En Nueva York, el Greenwich Village, un pequeño oasis de
tolerancia y diversidad, se había convertido en un polo de atracción para
cualquier homosexual que buscara un sitio donde encajar. Y en el Village el
tugurio de moda era el Stonewall Inn. Ahí se reunía lo mejor de cada casa.
Jóvenes que habían sido echados de sus hogares por maricas,
chaperos, travestis y drag queens con sus mejores galas o con el vestido que
habían tomado prestado a sus madres. Mariquitas locas libres de ser y sentirse
todo lo locas que quisieran, rudas camioneras, marimachos y discretas
bolleras. Homosexuales de todos los pelajes y de todos los colores, negros,
blancos, asiáticos, latinos alternando con hombres casados y padres de familia
respetables que una vez al mes o a la semana se tomaban un descanso de esa
rutina de mentiras que llamaban vida. Todos ellos se juntaban en este
restaurante reconvertido en bar de ambiente que cada noche abría sus puertas
para ofrecerles un poco de diversión.
Constantes redadas
Y así solía ser, exceptuando alguna noche y en horas de poca
concurrencia, cuando de pronto las luces se encendían y tenían que enfrentarse
a una realidad uniformada de azul que los detenía, humillaba, amenazaba,
extorsionaba o simplemente arruinaba sus vidas exponiendo su más oculto secreto
a la luz pública. Adiós familia, estudios, trabajo, carrera, reputación. Y todo
en nombre de la decencia, la moral y una “american way of life” en plena
decadencia.
Dentención frente al Stonewall Inn
Esto fue precisamente lo que ocurrió el 29 de junio de 1969,
pero en esa ocasión pasada la una de la madrugada, cuando con el Stonewall
Inn lleno, la luz se encendió y la policía entró en el local. Unas cuantas
maricas salieron corriendo, el alcohol vendido sin licencia fue requisado,
comenzaron las identificaciones y el bar empezó a ser desalojado.
Para cada cosa hay una vez que es la última
Pero, al contrario de lo que hasta entonces solía ocurrir, los maricas, travelos, bolleras y drags que abarrotaban el bar se rebelaron negándose a colaborar, en tanto que aquellos que habían sido expulsados del bar no se dispersaron rápidamente como era costumbre y así, pronto una pequeña multitud de clientes y curiosos se arremolinó a las puertas del local.
La gente enfrentándose a la policía frente al Stonewall Inn
Cuando las unidades de refuerzo llegaron para llevarse
arrestados a los clientes que la policía custodiaba en el interior del local
varios cientos de personas estaban fuera aguardando.
Conforme los agentes iban haciendo entrar a los detenidos en los vehículos el ambiente se fue tensando, algunos empezaron a cantar la canción “Venceremos” de Joan Baez y unos pocos puños se alzaron al grito de “Gay Power”, otros comenzaron a burlarse de la policía y a lanzar monedas (en referencia a los pagos que la mafia hacía a la policía) y alguna botella a los coches patrulla. Los detenidos que eran conducidos a los vehículos, luchaban, protestaban e intentaban zafarse de la policía que empezó a responder con violencia, la gente abucheaba. Según cuentan, una de estas detenidas animó a la gente a hacer algo, y fue en ese momento en que la tensión estalló y empezó el caos.
La batalla
Pronto, más de medio millar de personas se encontraron
envueltas en una trifulca en toda regla donde volaban las botellas, las monedas
y las piedras. Algunos policías huyeron en sus coches patrulla mientras que el
resto se atrincheró dentro del local cerrando la puerta junto a varios
detenidos y un periodista. Los agentes, acostumbrados a la docilidad de los
gays, perplejos, comenzaron a sentir miedo. Unas drags, encolerizadas,
arrancaron un parquímetro y lo utilizaron como ariete para intentar derribar la
puerta y asaltar el local.
Enfrentamiento con la policía.
Botellas, basura, piedras, ladrillos y contenedores eran lanzados contra la fachada y las ventanas tapiadas que se rompieron. Tras saltar la chispa, el fuego había prendido y no sólo en sentido metafórico.
Después de más de media hora de acoso la situación pareció
descontrolarse cuando las puertas del local se abrieron y un policía con
pistola en mano amenazó a la gente con disparar.
Lanzamiento de objetos.
Antidisturbios y bomberos
De pronto se oyeron sirenas y aparecieron los antidisturbios
y los bomberos. La revuelta entonces paso a una segunda fase. Los refuerzos
policiales rescataron a sus compañeros del interior del Stonewall Inn y
empezaron a detener a todos los que podían con la intención de despejar las
calles.
Pero la multitud, que seguía aumentando en número, no estaba por la labor. Frente a los antidisturbios se colocó una fila de travestis y gays en formación coral cantando y bailando levantando las piernas, burlándose de unos agentes nada acostumbrados al desafío de esos enfermos y pervertidos.
Durante la siguiente hora y media las persecuciones se
sucedieron, los coches volcados, los policías persiguiendo a los manifestantes
y los manifestantes persiguiendo a los policías al grito de ¡cogedlos!, hasta
que hacia las 4 de la madrugada todo quedó despejado y en silencio. El saldo de
esa noche histórica fue de 13 detenidos, 4 policías heridos y varios
manifestantes hospitalizados.
Las noches siguientes
Enfrentamientos posteriores.
Al día siguiente, los panfletos, las noticias, los rumores, las reivindicaciones y las denuncias sobre la situación a la que se enfrentaba la comunidad gay llenaron las calles del Village y durante las noches posteriores se volvieron a repetir unos altercados a los que más y más gente se fue sumando. Y ya no eran solo drags, chaperos o clientes del Stonewall, sino hombres y mujeres gays junto a heterosexuales que se unieron para protestar y levantar la voz al grito de Gay Power. Personas que habían perdido el miedo y reclamaban su espacio. Y cuando por fin tras casi una semana de enfrentamientos y protestas todo terminó y la calma volvió al Village, algo había cambiado para siempre.
Stonewall Inn, punto de inflexión.
Los movimientos homófilos y la lucha por los derechos de la comunidad LGBT+ no nacieron en el Stonewall Inn, pero éste señaló un punto de inflexión. De pronto se pasó de reivindicar un pequeño espacio en la sociedad donde pudiéramos vivir sin hacer mucho ruido y sin molestar a nadie, a reivindicar que estábamos ahí y que nos gusta como somos, que no nos íbamos a ir y que no íbamos a cambiar, escondernos o disimular. Ya no pediríamos perdón por ser como somos, ya no nos íbamos a avergonzar, y ya no suplicaríamos la caridad de nadie. Tocaba exigir.
La noche del 2 de Julio en la zona del Stonewall Inn
La respuesta a ese cambio de estrategia fue inmediata. Por fin
las personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales se podían identificar
con una lucha que hasta entonces se había limitado a piquetes hetero normativos
de la Sociedad Mattachine, cuyos integrantes daban vueltas con carteles
pidiendo derechos y auto reprimiendo cualquier muestra de diferencia. Las
revueltas del Stonewall Inn fueron una inspiración para la comunidad LGBT+
americana primero y para el mundo después.
La difusión
Tras las revueltas una mecha se encendió en Estados Unidos y las asociaciones de grupos LGBT+ se multiplicaron por todo el país. Apareció una prensa gay y ese mismo año nació el Frente de Liberación Gay y la Alianza de Activistas Gays, grupos que ya no escondían quienes eran tras ambiguos nombres como la Sociedad Mattachine o Las Hijas de Bilitis. Había nacido la visibilidad, el coming out, el orgullo de ser quien eres. Y el 28 de junio de 1970 en el primer aniversario de la revuelta, el Día de la Liberación de Christopher Street, se convocó una manifestación hacia central park.
El primer orgullo gay en Nueva York, año 1970.
Si el año anterior el piquete anual de la Sociedad Mattachine que se celebró una semana después de la revuelta había reunido poco más de 50 personas ataviados con sus trajes, corbatas y faldas, dando vueltas en círculos mientras sostenían pancartas que protestaban por el trato que les daban las leyes federales o que reclamaban simplemente que los homosexuales eran personas, un año después, 10.000 personas marcharon por la quinta avenida con carteles donde se podía leer «I’m a lesbian»,»Gay Power» y «Freedom».
La celebración del primer Orgullo LGBT
La primera manifestación del orgullo LGBT.
Y esto no se limitó a Nueva York. El primer año marchas simultáneas se celebraron en Los Ángeles y Chicago. Al año siguiente el orgullo ya había saltado el charco con manifestaciones en París, Berlín y Estocolmo mientras en Estados Unidos otras ciudades como Boston, Dallas, Atlanta, Detroit, Washington, Miami y Filadelfia se unían a las marchas.
Y cada año más y más ciudades de todo el mundo se fueron
uniendo, hasta que hoy en día, 44 años después, en un número incontable de
ciudades grandes y pequeñas, cientos, miles e incluso millones de personas, se
reúnen y marchan una vez al año para decirle al mundo, que estamos aquí con
orgullo y que ya no nos escondemos, para mostrarles a aquellos que aún siguen
sufriendo la represión, la violencia, la injusticia de leyes, gobiernos y
sociedades intolerantes, que no están solos y que sí que hay esperanza. Y
de este modo la lucha continúa y continuará, y a pesar de las prohibiciones,
cada año una nueva ciudad o un nuevo país, se une a la larga lista de aquellos
que celebran el día del orgullo LGBT+.
La lucha continúa y debe continuar
Hoy en día en casi 90 países la homosexualidad es ilegal, en 7 de ellos gays y lesbianas son condenados a muerte, y en gran parte del mundo sigue existiendo la discriminación y legislaciones que limitan la libertad de las personas LGBT+. La intolerancia, los insultos, la violencia, la vergüenza y el miedo han formado, o siguen formando parte de la vida de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales de todo el planeta, sin embargo esa lucha que empezó el 28 de junio de 1969 en el Village de Nueva York, a las puertas de un cutre bar de ambiente sigue viva y estamos ganando.
Cuando las ‘abejas reinas’ de Stonewall plantaron
cara a la homofobia: ‘La Policía, humillada, quería matar’
Este viernes 28 de junio se cumple el aniversario de los disturbios en el pub de Nueva York que prestaron su fecha para que hoy se celebre el Día de Orgullo Gay en muchas ciudades del mundo.
El diario The Village Voce no dudó en referirse a los protagonistas de Stonewall, en Nueva York, como «afeminados» y «locas domingueras». Los artículos de esta prestigiosa revista cultural se centraron en su estética y omitieron cualquier acto que pudiera representar valor o asociarse con luchar por los derechos homosexuales. Y por su parte, el diario local «Dady News» titulaba: «Redada en un nido de homos, las abejas reinas están que pican». ¿Se imaginan adjetivos similares en los periódicos actuales? Imposible, ¿verdad? Pues así fue como informaron muchos medios estadounidenses de los disturbios que prestaron su fecha, hace hoy cincuenta años, para que se celebre hoy el Día de Orgullo Gay en muchas ciudades del mundo: el 28 de junio.
En aquel momento, la homosexualidad se consideraba todavía un «desorden mental» y bailar con un compañero del mismo sexo era ilegal. Todos los estados del país, a excepción de Illinois, penalizaban el sexo homosexual. Y durante las décadas de 1950 y 1960, los psiquiatras todavía usaban la terapia emética, la hipnosis, la terapia de electroshock, las lobotomías y hasta la castración para intentar «curar» a los gays y las lesbianas. Como apuntaba el historiador David Carter en su libro sobre los disturbios –Stonewall: The Riots That Sparked the Gay Revolution (2004)–, «un adulto acusado del crimen de tener sexo con otro adulto de manera consensuada, y en la privacidad de su casa, podía tener una multa o llegar a pasar cinco, diez o veinte años en prisión. En 1971, veinte estados aún mantenían leyes sobre “sexo psicopático”, las cuales permitían la detención de homosexuales por esa única razón».
Así estaban las cosas cuando se produjeron los hechos en un pub frecuentado por homosexuales de la calle Christopher, el The Stonewall Inn, que se convirtió en el escenario que marcó el nacimiento del actual movimiento LGTB y el despegue definitivo de la lucha por los derechos de esta comunidad. Unos disturbios que también conmemoran las fiesta del Orgullo de medio mundo, y que este año en Madrid se inauguran con el pregón de la cantante Mónica Naranjo, el 3 de julio, en la céntrica plaza de Pedro Zerolo.
Judy Garland
En la madrugada del 28 de junio de 1969, cientos de personas acudieron al famoso club neoyorquino. Durante años se dijo que fueron para rendir homenaje a la actriz Judy Garland, un icono de la cultura gay desde la década de los 60 cuyo funeral se había celebrado una semana antes. Sin embargo, ninguno de sus protagonistas recuerdan haber hecho ninguna referencia a la estrella de Hollywood y tampoco es mencionada en los informes más fiables de la época. «Me saca de mis casillas que digan que su muerte tuvo algo que ver con los disturbios. Les importaba un comino Judy. Estamos hablando de chicos de 14, 15 o 16 años, y Garland era querida por los gays de mediana edad de clase media. Me enfada porque lo trivializa todo», aseguró Bob Kohler, uno de los pioneros en la lucha por los derechos de los homosexuales.
Sea como fuere, el Stonewall era un club habituado a las
redadas por parte de la Policía, que alegaba siempre que el bar carecía de
licencia para vender licores. Una excusa. Al parecer, la mafia responsable del
local pactaba con la los agentes una cuota de arrestos, los cuales se
producían, por lo general, los martes o miércoles. El objetivo es que los fines
de semana los dueños pudieran forrarse cómodamente, pero manteniendo un
ambiente de miedo.
Esa noche no fue diferente y seis agentes entraron en el club
a la 1.20 horas y exigieron la identificación a todo el mundo, como
habitualmente. A los jóvenes de aspecto masculino los dejaban ir y trataron de
llevarse a los travestis que no oponían resistencia. Pero aquella noche, los
clientes decidieron no soportar lo que siempre habían considerado una
humillación, la misma que se repetía semana tras semana, y 200 de ellos los
rodearon amenazantes.
La Policía entonces apagó la música, encendió las luces y
bloqueó las puertas. Algunos intentaron escapar, sin éxito, por las ventanas de
los baños, asustados por la legislación vigente contra su condición sexual.
«Las cosas pasaron tan rápido que te quedabas sin saber nada. De repente había
policías por todas partes y nos dijeron que formáramos una fila y tuviéramos
lista nuestra identificación para que nos llevaran fuera», recordaba uno de los
asistentes en el libro de Carter. La tensión fue en aumento y, al cabo de unos
minutos, comenzaron a llover botellas de cerveza, ladrillos y todo tipo de
objetos del mobiliario.
«¡Poder gay!»
La
primera manifestación del orgullo gay, en Nueva York, en 1970 – EFE
Cuando se desataron los disturbios en los alrededores de Stonewall, los clientes del famoso bar, que ellos mismos definían como «sórdido, manejado por la mafia y donde servían licor adulterado», fueron apoyados por varias decenas de vecinos del barrio de Greenwich Village. Unos y otros, al grito de «¡Poder gay!» y entonando la canción popularizada por Pete Seeger We Shall Overcome («Venceremos»), encerraron a los policías en el local utilizando un parquímetro que habían arrancado para atrancar la puerta. Allí estuvieron hasta la llegada de los refuerzos, aunque eso tampoco calmó los ánimos y la revuelta se extendió a lo largo de tres días y tres noches.
La noche del 27 de junio unas mil personas volvieron a la
calle Christopher para luchar de nuevo contra la Policía. Ese enfrentamiento
fue aún más sangriento, con bombas lacrimógenas y docenas de heridos. Eso no
detuvo a la comunidad LGTB y a los que se solidarizaban con ella, pues al día
siguiente volvieron una vez más y en mayor número para exigir justicia. Ya no
querían sentirse perseguidos, amenazados e insultados, por lo que organizaron
nuevos grupos que repartieron panfletos, escribieron cartas a los medios de
comunicación y anunciaron una nueva marcha para el mismo día del año siguiente.
En esa ocasión sería a plena luz del de día y recorrería la Sexta Avenida hasta
llegar a Central Park.
Hubo decenas de heridos en ambos bandos y los incidentes se
sucedieron durante todo el verano hasta la creación, en agosto, del Frente de
Liberación Gay. Aquellos disturbios representaron el punto culminante de una
época de luchas históricas sin precedentes desde los años 20. Y fueron tan
importantes que crearon el marco perfecto para que la lucha por la liberación
homosexual se introdujera en la política de izquierdas. Se condujo directamente
a la creación de un movimiento político gay, del mismo modo que las revueltas
de los negros en los años 60 llevaron al nacimiento del Partido de los Panteras
Negras en Estados Unidos.
«Arca homosexual
de Noé»
Martin Boyce, junto a su amigo Bernie Rivera,
ambos participantes en los disturbios de Stonewall- EFE
«Había estado en suficientes disturbios como para saber que
la diversión había terminado. La Policía estaba totalmente humillada y eso
nunca había sucedido. Estaban más enfadados que nunca, porque todo el mundo se
había amotinado. Se suponía que los maricas no se podían rebelar. En el pasado,
ningún grupo había obligado a la Policía a batirse en retirada, por lo que su
furia era enorme. Quiero decir, querían matar», recordaba Kohler, que se
encontraba cerca de Stonewall aquella noche, cuando llegaron las fuerzas
antidisturbios.
Martin Boyce, uno de los participantes en las revueltas de
Stonewall, definía este pub a EFE como «arca homosexual de Noé», donde a
finales de los años 60 los gays de Nueva York podían ser ellos mismos,
liberarse y bailar como en muy pocos lugares de la ciudad. «Y lo cambió todo.
Los gais tenían orgullo, pero no era el orgullo de ser gay, era el orgullo de
ser ellos mismos. Era un orgullo individual». Y después de los disturnior «se
convirtió en orgullo colectivo», añade.
ACTIVIDADES EN CONMEMORACIÓN
SEMANA DEL ORGULLO 2020
Global Pride 2020. La Federación Argentina LGBT (FALGBT) invita al Orgullo Mundial virtual que se realizará este fin de semana durante 24 horas ininterrumpidas junto a 500 organizaciones del Orgullo y de la comunidad LGBT+ de 91 países, con más de 1500 videos y referentes de la política y el activismo internacional. Sábado 27 de junio durante todo el día en globalpride2020.org
FALGBT Orgullosa y Federal. LA Federación Argentina LGBT invita a participar de la emisión en vivo con referentes de la organización por los 15 años de su fundación en el Día Internacional del Orgullo LGBT+. Domingo 28 de junio a las 17 por Facebook: @falgbt.
Festival Orgullo y Matrimon10. Cien por Ciento invita a celebrar el Orgullo con la participación de importantes invitades. El sábado a las 22, junto a Alejandra Sardá, militante por los derechos sexuales, y las 23, María Pía Martignoni, artista multidisciplinaria. Desde la medianoche, la gran fiesta del Orgullo con el DJ Santi Desch + Performance Darla Trash y lxs anfitrionxs Andrea Majul, Hernan Arrúe, Nahuel González Mosca y Sebastián Pollastro. Sábado 27 de junio a las 22 en Facebook: Cien por Ciento.
De Stonewall a hoy, Orgullo anti-sistema. Un evento con reportajes a Keegan O’Brien desde EE.UU. y María Rachid de la FALGBT, en conversatorio con Pablo Vasco de Libre Diversidad-MST. Domingo 28 de junio a las 18 a través de Zoom. Facebook: Libre Diversidad.
Derecho al trabajo. Comenzó el tratamiento de la Ley Nacional de Cupo Laboral Travesti Trans y el Frente Orgullo y lucha, integrado por organizaciones LGBTI+ de todo el país, apoya e impulsa el inicio del tratamiento parlamentario del Cupo Laboral Travesti Trans en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Próxima sesión: martes 30 de junio. Toda la información en Facebook: Orgullo y lucha.
Mabel Bellucci. Charla en vivo en el marco del ciclo “Genealogía y devenir” junto a la activista feminista queer y autora de “Historia de una desobediencia” y “Orgullo: Carlos Jáuregui, una biografía política”. Viernes 26 de junio a las 20 por Facebook Live: @colecsexogenero.
Ale Modarelli. Conversación en vivo con el periodista y escritor del Suplemento SOY y autor de libros como “La noche del mundo” y “Fiestas, baños y exilios”, en el ciclo “Genealogía y devenir”. Sábado 27 de junio a las 20 por Facebook Live: @colecsexogenero.
Con voz trava. Estrena un nuevo capítulo de la segunda temporada del ciclo de entrevistas documentales realizado por Valeria Licciardi con producción de BrandonTV, en el que se conocerá la historia de Alma Salinas, quien a los 41 años accedió por primera vez a un trabajo formal. Disponible en los canales de YouTube de Agencia Presentes y Casa Brandon. Presentación: domingo 28 de junio a las 18 en por Instagram: @casabrandon.